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| Parker Solar Probe es el objeto más rápido creado por el ser humano, pero un minúsculo grano de polvo espacial podría poner a esta nave espacial en aprietos. Crédito: NASA Solar System Exploration. | 
Nuevos resultados revelan cómo las explosiones de plasma y las nubes de
  residuos pueden perturbar las operaciones de las naves espaciales tras los
  impactos de polvo a hipervelocidad.
La
  Parker Solar Probe, la más reciente y ambiciosa iniciativa de la
  NASA para estudiar
  el sol, ha batido muchos récords: se ha acercado al sol más que ninguna otra
  nave espacial hasta la fecha, sus instrumentos han funcionado a las
  temperaturas más altas y la sonda es el objeto fabricado por el hombre más
  rápido de la historia. Pero estos récords tienen un coste: La nave se mueve
  tan rápido que chocar incluso con un pequeño grano de polvo puede provocar
  graves daños.
Una nueva investigación realizada por científicos
  internacionales se basó en observaciones electromagnéticas y ópticas de la
  Parker Solar Probe para producir la imagen más completa hasta ahora de cómo
  los impactos de polvo a hipervelocidad pueden dañar una nave espacial y
  perturbar su funcionamiento.
Al atravesar el espacio cercano al Sol
  a una velocidad de hasta 180 kilómetros por segundo (unas 400.000 millas por
  hora), Parker Solar Probe atraviesa la región más densa de la nube zodiacal.
  La nube zodiacal es una espesa nube de polvo con forma de tortita que se
  extiende por todo el sistema solar y está formada por diminutos granos de
  polvo desprendidos de asteroides y cometas. Cuando la Parker Solar Probe
  atraviesa esta región, miles de granos de polvo diminutos (de entre 2 y 20
  micras de diámetro, es decir, menos de un cuarto de la anchura de un cabello
  humano) chocan con la nave a hipervelocidad (más de 10.000 kilómetros por
  hora). Tras el impacto, el material que compone los granos de polvo y la
  superficie de la nave se calienta tanto que primero se vaporiza y luego se
  ioniza. La ionización es un proceso en el que los átomos del material
  vaporizado se separan en sus iones y electrones constituyentes, produciendo un
  estado de la materia llamado plasma. La rápida vaporización e ionización crea
  una explosión de plasma que dura menos de una milésima de segundo. Los mayores
  de estos impactos también generan nubes de escombros que se expanden
  lentamente alejándose de la nave espacial.
En el nuevo estudio,
  Malaspina y sus colegas utilizaron antenas y sensores de campo magnético para
  medir las perturbaciones del entorno electromagnético alrededor de la nave
  espacial producidas por las explosiones de plasma por impacto de polvo. Los
  hallazgos podrían dar lugar a nuevos conocimientos sobre la meteorología
  espacial en torno al Sol.
  
"Con estas mediciones, podemos observar cómo el plasma creado por estos
      impactos de polvo es arrastrado por el flujo del viento solar". Dijo Malaspina. Añadió que aprender cómo funciona este proceso de "captación" a pequeña escala puede ayudar a los científicos a entender mejor cómo son
  barridas por el viento solar regiones de plasma más grandes, como las de las
  atmósferas superiores de Venus y Marte.
Los hallazgos también
  tienen importantes implicaciones para la seguridad de la Sonda Solar Parker y
  las naves espaciales que vendrán después.
El equipo observó cómo
  las escamas metálicas y los trozos de pintura desprendidos durante las
  colisiones con el polvo se desplazaban y caían cerca de la nave. Estos restos
  crearon rayas en las imágenes tomadas por las cámaras científicas y de
  navegación de Parker Solar Probe.
"Muchas rayas de la imagen
  parecen radiales, originadas cerca del escudo térmico", dijo el coautor del
  estudio, Kaushik Iyer, del APL, refiriéndose al gran escudo que protege a
  Parker Solar Probe del intenso calor cerca del sol. El estudio también informa
  de que algunos desechos dispersaron la luz solar en las cámaras de navegación
  de Parker Solar Probe, impidiendo temporalmente que la nave espacial
  determinara su orientación en el espacio. Eso puede ser una perspectiva
  peligrosa para una nave espacial que depende de la orientación precisa de su
  escudo térmico para sobrevivir.
Parker Solar Probe se lanzó en 2018
  y ha completado nueve órbitas completas del sol. Antes de que su misión
  principal termine en 2025, completará otras 15 órbitas.
Fuentes, créditos y referencias:
TO06.00006: Rapid plasma bursts and lingering debris clouds driven by hypervelocity dust impacts on Park Solar Probe: and unintentional active experiment in the inner heliosphere
  Imagen: Las mediciones de los campos eléctricos, los campos magnéticos y
      las imágenes de las cámaras revelan las explosiones de plasma y las nubes
      de escombros que se crean cuando el polvo a muy alta velocidad impacta con
      la nave espacial Parker Solar Probe. Observando la dispersión de estas
      pequeñas nubes de plasma y escombros, los científicos pueden aprender cómo
      se desprenden de las estrellas nubes más grandes de polvo y escombros.
      Crédito: NASA