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El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.
Esta frase de Cervantes, escrita en 1617, sigue vigente. Viajar forma, pero también exige sensatez y previsión. Más allá de la emoción de descubrir nuevos destinos, viajar conlleva una serie de preparativos que no deben tomarse a la ligera. La previsión abarca desde cuestiones básicas como la validez del pasaporte hasta las políticas de cancelación de vuelos y alojamientos. También incluye decisiones como llevar copias digitales de documentos prever posibles contratiempos.
Tener en cuenta todos estos elementos permite no solo evitar sobresaltos, sino también disfrutar del viaje con tranquilidad y mayor conciencia.
Antes de salir
Conviene repasar aspectos básicos que a menudo se subestiman:
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Comprobar que el pasaporte tenga al menos seis meses de vigencia desde la fecha de entrada, un requisito común en muchos países.
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Las vacunas también requieren atención. No basta con revisar las del primer destino: algunos países posteriores pueden exigir certificados si se ha pasado por regiones específicas. Tras visitar Brasil, por ejemplo, Colombia o Sudáfrica pueden pedir la vacuna contra la fiebre amarilla.
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Llevar copias físicas y digitales de documentos clave (pasaporte, visados, reservas, seguro) es útil en caso de pérdida o robo.
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En cuanto al equipaje, el uso de dispositivos de localización como AirTags se ha popularizado para rastrear maletas en tiempo real.
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También se recomiendan candados homologados o precintos plásticos para evitar manipulaciones durante el trayecto.
La importancia de un buen seguro
Otro aspecto clave es el seguro y que este contemple todas las coberturas que necesitamos:
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Por lo general, las pólizas de viaje cubren actividades deportivas, siempre que no se practiquen a nivel profesional. Sin embargo, algunas como el paracaidismo o el buceo pueden implicar la firma de una exención de responsabilidad, lo cual podría invalidar la cobertura. Leer bien los términos antes de aceptar este tipo de condiciones es fundamental.
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Al contratar un seguro, conviene revisar la reputación de la aseguradora en comparadores, redes o incluso hacer una consulta rápida a herramientas de inteligencia artificial para obtener un resumen de opiniones y quejas frecuentes.
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También es importante recordar que muchas tarjetas de crédito oro o prémium incluyen seguros de viaje, asistencia médica o cancelación. Pero suelen tener condiciones: es necesario haber pagado el billete con esa tarjeta y pueden excluir ciertos países o actividades. Leer la letra pequeña es clave para evitar sorpresas o pagar dos veces por lo mismo.
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En reservas de vuelos o alojamiento, hay que prestar atención a políticas de cancelación confusas, tasas ocultas por check-in tardío, limpieza o cambio de divisa. Estas prácticas se han vuelto comunes en aerolíneas de bajo coste y plataformas de alquiler.
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Alquilar un coche también tiene sus trucos. Muchas empresas ofrecen seguros extra que duplican coberturas que ya podrías tener a través de tu tarjeta o un seguro independiente. Comprobar si el seguro básico incluye daños al vehículo, responsabilidad civil o asistencia puede evitar pagar de más.
Equipaje en vuelos con conexiones
En vuelos con escalas, es vital saber si el equipaje se transfiere automáticamente o debe recogerse y volver a facturar. Además, conviene dejar márgenes realistas entre conexiones, especialmente en aeropuertos grandes o con controles migratorios, ya que no todas las tarifas incluyen reubicación gratuita si pierdes el siguiente vuelo.
Estar de vacaciones sin que lo parezca
La planificación también debe contemplar lo que dejamos atrás:
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Para evitar que su casa parezca vacía, es útil pedir a alguien de confianza que recoja el correo o abra y cierre persianas. Los temporizadores de luz o cámaras conectadas al móvil añaden seguridad extra.
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En redes sociales, se recomienda evitar publicar en tiempo real que está fuera. Anunciar públicamente que estará de viaje o compartir ubicaciones en directo puede ponerle en riesgo si su perfil es público. Lo más prudente es compartir el contenido una vez haya vuelto o limitar la visibilidad a personas cercanas.
Evitar las trampas turísticas
Ya en destino, el reto es evitar trampas turísticas:
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Restaurantes con precios inflados junto a monumentos o tiendas de recuerdos sin autenticidad son algunos ejemplos.
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Los free walking tours pueden ser una buena opción para explorar la ciudad, especialmente si viaja con presupuesto limitado. Pero no todos los guías están acreditados y el servicio depende de propinas, por lo que conviene comparar opciones e investigar opiniones previas.
Buscar propuestas diseñadas por locales
Por suerte, el turismo actual busca autenticidad y tiene mayor conciencia del impacto que genera. Por eso, cada vez más personas prefieren propuestas diseñadas por locales: cenas en casas particulares (Eatwith), encuentros entre desconocidos (Timeleft), recorridos urbanos alternativos o incluso charlas transformadoras como las de The Human Library.
Plataformas como Airbnb Experiences, Get Your Guide, Flytographer o Withlocals amplían estas opciones con talleres creativos, sesiones fotográficas o visitas guiadas por residentes.
Más que de visitar, se trata de poder conectar. Y para eso, hablar con habitantes del lugar, asistir a eventos culturales o consultar blogs y foros especializados puede marcar la diferencia entre una experiencia superficial y un viaje realmente enriquecedor… y seguro.

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.