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La nave espacial Voyager 1 de la NASA, mostrada en esta ilustración, lleva explorando nuestro sistema solar desde 1977, junto con su gemela, la Voyager 2. Crédito: NASA/JPL-Caltech |
Los sistemas informáticos antiguos tienen muchas formas extrañas de fallar. Los ordenadores que están constantemente expuestos a la radiación tienen formas aún más extrañas de fallar. Si se combinan estos dos atributos, es inevitable que ocurra algo. Y parece que así ha sido con la Voyager 1. La sonda espacial, que ha estado en servicio activo para la NASA durante casi 45 años, está enviando datos de telemetría que no tienen ningún sentido.
A estas alturas del viaje de la sonda, eso no es, sorprendentemente, un gran problema. Los datos de telemetría ayudan a posicionar los instrumentos científicos de la Voyager y su antena de alta ganancia que le permite hablar con la Tierra continuamente. Ambos sistemas parecen seguir funcionando, ya que los instrumentos científicos de datos están enviando buenas lecturas, y esas lecturas están llegando a la Tierra, lo que demuestra que la antena sigue apuntando en la dirección correcta.
La causa de estos datos extraños es un misterio en este momento. Los ingenieros están tratando de reducir el problema. Su primer paso es determinar si lo que está causando los datos aleatorios está en el sistema de control de actitud y articulación (AACS) o en algún otro subsistema que alimenta los datos en él.
Una de las cosas que los datos falsos no han hecho es activar ninguno de los sistemas operativos de "modo seguro" de la sonda, que podrían haber desconectado gran parte de su funcionalidad. Aparte de los datos erróneos, la Voyager 1 funciona con normalidad y sigue enviando valiosos datos científicos desde 14.500 millones de millas de distancia. La Voyager 1 y su hermana, la Voyager 2, son las únicas sondas que actualmente han salido del sistema solar y son capaces de recoger datos donde nadie ha ido antes.
La Voyager 2 parece estar actuando bien también, devolviendo telemetría normal y otros datos desde 12.100 millones de millas de distancia. Esto apunta a que algo está fallando específicamente en los sistemas de la Voyager 1. Las posibles soluciones incluyen cambios en el software o el cambio a un sistema de hardware redundante que se utiliza normalmente para las copias de seguridad.
Esta no sería la primera vez que los ingenieros de la Voyager sacan a relucir un sistema de respaldo. En 2017, los propulsores principales de la sonda comenzaron a fallar, por lo que los ingenieros de vuelo cambiaron a los propulsores que se utilizaron inicialmente para maniobrar la sonda alrededor de los planetas en los años 70. Funcionaron a las mil maravillas, a pesar de que no se habían utilizado en 37 años.
Sin embargo, hay un problema a largo plazo: cada año, el reactor que ha alimentado a la Voyager durante todo este tiempo produce cuatro vatios menos por año. Con el tiempo, esto ha hecho que el equipo de la misión apague algunos de los subsistemas de la nave en un esfuerzo por dirigir la energía hacia donde más se necesita. Con el tiempo, todos ellos tendrán que ser apagados. Aun así, hasta ese momento, que parece que será más tarde de 2025 como mínimo, el equipo de la misión seguirá obteniendo todos los datos valiosos posibles del embajador más lejano de nuestra especie.
Fuentes, créditos y referencias:
Fuentes: Nasa JPL, Universe Today