La Tierra no siempre fue la Tierra: los científicos acaban de encontrar pruebas

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«Esta es quizás la primera prueba directa de que hemos conservado los materiales de la proto-Tierra», afirma Nicole Nie. Una ilustración artística muestra una proto-Tierra rocosa burbujeando con lava. Créditos: Crédito: MIT News; iStock

«Esta es quizás la primera prueba directa de que hemos conservado los materiales de la proto-Tierra», afirma Nicole Nie. Una ilustración artística muestra una proto-Tierra rocosa burbujeando con lava. Créditos: Crédito: MIT News; iStock

El hallazgo podría reescribir lo que creíamos saber sobre los orígenes de nuestro planeta. Un equipo del MIT y otras instituciones ha encontrado rastros extremadamente raros de la “proto-Tierra”, el cuerpo primitivo que existió antes de que un impacto colosal lo transformara en el planeta que hoy habitamos. El descubrimiento, publicado en Nature Geosciences, aporta nuevas pistas sobre los ingredientes iniciales que dieron forma a la Tierra y al resto del sistema solar.

Hace unos 4.500 millones de años, el sistema solar era un torbellino de gas y polvo. De aquel caos se formaron meteoritos, y con el tiempo, esos fragmentos se unieron para crear planetas jóvenes. La Tierra primitiva era un mundo rocoso y ardiente, cubierto de lava. Hasta que, menos de 100 millones de años después, un objeto del tamaño de Marte se estrelló contra ella. Ese impacto monumental fundió su interior y cambió por completo su composición química. Desde entonces, se pensaba que todo vestigio de la materia original de la proto-Tierra había desaparecido.

Pero los nuevos resultados sugieren que no todo se perdió. El equipo del MIT detectó una firma química en antiguas rocas terrestres que no coincide con ningún otro material conocido del planeta. Esa huella aparece como un sutil desequilibrio en los isótopos del potasio, encontrado en muestras de rocas muy viejas y profundas. Lo intrigante es que ese desequilibrio no puede explicarse por impactos, volcanismo o procesos geológicos actuales.

En otras palabras, esas rocas conservan un fragmento intacto de la Tierra anterior al gran impacto. “Podría ser la primera evidencia directa de que conservamos materiales de la proto-Tierra”, explica Nicole Nie, profesora asistente de Ciencias de la Tierra y Planetarias en el MIT. “Estamos viendo un pedazo del planeta antiguo, incluso de antes del choque gigante. Es increíble, porque esperábamos que esa firma primitiva se hubiera borrado hace miles de millones de años”.

La correlación entre ε40K y ε100Ru en meteoritos, la Tierra y la proto-Tierra. Crédito: Nature Geoscience (2025). DOI: 10.1038/s41561-025-01811-3

La correlación entre ε40K y ε100Ru en meteoritos, la Tierra y la proto-Tierra. Crédito: Nature Geoscience (2025). DOI: 10.1038/s41561-025-01811-3

Nie trabajó junto a investigadores de China, Suiza y Estados Unidos, entre ellos científicos de la Carnegie Institution for Science, ETH Zurich y el Scripps Institution of Oceanography.

El equipo comenzó su investigación comparando meteoritos antiguos, los fragmentos más primitivos del sistema solar. Al analizar su composición, detectaron un patrón extraño: una “anomalía isotópica” en el potasio, un elemento que en la Tierra existe principalmente en tres versiones: potasio-39, potasio-40 y potasio-41. En la mayoría de las rocas terrestres, el potasio-40 representa una fracción diminuta. Sin embargo, las muestras estudiadas por Nie mostraban un déficit aún mayor de este isótopo, una señal tan pequeña que detectarla fue como distinguir un solo grano de arena marrón en un cubo lleno de arena amarilla.

Para confirmar si ese desequilibrio correspondía a restos de la proto-Tierra, los científicos tomaron muestras de Groenlandia, Canadá y Hawai, lugares donde se conservan materiales muy antiguos o que provienen de las profundidades del manto. Tras disolver las rocas y aislar el potasio, midieron los isótopos con un espectrómetro de masas de alta precisión. El resultado fue claro: las muestras eran químicamente “diferentes” a casi todo lo que se encuentra hoy en la Tierra.

Las simulaciones del equipo mostraron que, si la proto-Tierra se formó con ese tipo de material pobre en potasio-40, los impactos posteriores —incluido el gran impacto que dio origen a la Luna— habrían modificado su química hasta alcanzar la composición actual del planeta. Es decir, las rocas con déficit de potasio-40 serían los últimos testigos de la Tierra antes de su “reinicio” cósmico.

Curiosamente, su firma isotópica no coincide exactamente con la de ningún meteorito conocido. Eso implica que los fragmentos que formaron originalmente la Tierra aún no se han encontrado. “Los científicos han intentado reconstruir la composición original del planeta combinando diferentes tipos de meteoritos”, explica Nie. “Pero nuestro estudio muestra que el inventario actual no está completo. Todavía hay piezas del rompecabezas que faltan para entender de dónde venimos”.

El hallazgo abre una nueva ventana al pasado más remoto del planeta y plantea una pregunta fascinante: ¿cuánto de la Tierra que pisamos hoy sigue siendo, en realidad, parte de aquel mundo primigenio que existió antes del cataclismo que lo cambió todo?

Fuentes, créditos y referencias:

Da Wang et al, Potassium-40 isotopic evidence for an extant pre-giant-impact component of Earth's mantle, Nature Geoscience (2025). DOI: 10.1038/s41561-025-01811-3

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