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La científica Jacklyn Gates en el separador lleno de gas de Berkeley utilizado para separar átomos del elemento 116, livermorium. Crédito: Marilyn Sargent/Berkeley Lab |
Un grupo de científicos de la Universidad de Lund se ha embarcado en un proyecto pionero en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, con el objetivo de sintetizar el elemento más pesado conocido del mundo, con un número atómico de 120.
Su método consiste en una técnica innovadora para crear Livermorium (número atómico 116), un elemento superpesado famoso por su extrema inestabilidad, caracterizada por una fugaz vida media de sólo 60 milisegundos.
En esta nueva investigación, el equipo propone que su metodología podría adaptarse para producir elementos más pesados y potencialmente más estables.
«Esta investigación marca un hito importante en nuestra búsqueda para generar el elemento 120, que establecería un nuevo récord como el elemento más pesado descubierto», señalan los autores del estudio.
Los elementos con números atómicos superiores a 104 se clasifican como superpesados, y desempeñan un papel crucial en la mejora de nuestra comprensión de la estabilidad nuclear y las interacciones fundamentales que dan forma a la estructura atómica.
A pesar de su importancia, estos elementos superpesados son predominantemente radiactivos y sólo existen durante minúsculas fracciones de tiempo antes de transformarse en elementos más ligeros.
En la década de 1960, el químico estadounidense Glenn Seaborg introdujo el intrigante concepto de la «isla de estabilidad». Esta teoría postula que puede existir un grupo oculto de elementos superpesados que son estables y tienen una vida útil significativamente más larga. Se cree que esta «isla» se sitúa en torno al número atómico 120, atribuido a las configuraciones únicas de protones y neutrones dentro de estos núcleos atómicos.
Descubrir el elemento 120 no sólo podría validar la existencia de la isla de estabilidad, sino también allanar el camino para el descubrimiento de nuevos isótopos y materiales, así como desvelar fenómenos físicos hasta ahora desconocidos.
Para lograr sus objetivos, los investigadores de la Universidad de Lund han diseñado un detector especializado conocido como SHREC (SuperHeavy RECoils) para identificar átomos de Livermorium. Este avanzado dispositivo incorpora obleas de silicio a medida que son excepcionalmente sensibles a las partículas cargadas, lo que permite una rápida detección.
El equipo transportó este detector al Laboratorio de Berkeley, donde llevaron a cabo un experimento fundamental. Utilizando un acelerador de partículas, dirigieron un haz de iones sobre una fina capa de un elemento pesado, cuya masa supera a la del uranio.
Esta interacción dio lugar a la formación de nuevos átomos con propiedades distintas a las del elemento pesado original.
«Detectamos con éxito un núcleo de Livermorium a los ocho días de comenzar nuestro experimento, lo que indica que nuestros ajustes iniciales fueron muy eficaces», declaró Dirk Rudolph, uno de los investigadores participantes en el estudio.