Científicos acaban de descubrir una forma de dibujar cristales con luz, lo que podría cambiar para siempre la electrónica

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Primer plano de un cubo divisor de haz encontrado entre los instrumentos láser del Grupo Harel. Crédito Paul Henderson, Finn Gomez  Facultad de Ciencias Naturales.

Primer plano de un cubo divisor de haz encontrado entre los instrumentos láser del Grupo Harel. Crédito: Paul Henderson, Finn Gomez / Facultad de Ciencias Naturales.

En lugar de esperar a que los cristales crezcan lentamente en laboratorios, un equipo de científicos propone algo mucho más directo: dibujarlos con luz. Sí, literalmente “dibujar” cristales con un láser. Esta idea, que suena casi artística, podría transformar por completo la forma en que se fabrican los componentes que dan vida a dispositivos como sensores astronómicos, LEDs, láseres o paneles solares.

El físico Elad Harel y su equipo en la Universidad Estatal de Michigan han logrado calentar diminutas nanopartículas de oro con un láser, provocando que se formen cristales dentro de una solución de perovskita de haluro de plomo. Moviendo esas nanopartículas —de nuevo, con luz— pueden controlar dónde y cómo aparece cada cristal, como si estuvieran trazando líneas de precisión en el interior del material.

Tradicionalmente, los cristales se obtienen a través de procesos lentos y poco controlables: dejar que precipiten desde una solución, o sembrar un “cristal semilla” y esperar que crezca. Estos métodos no siempre producen la forma o el tamaño deseados, y mucho menos garantizan que el cristal aparezca justo en el lugar correcto. La técnica de Harel cambia completamente ese paradigma.

En esta grabación de microscopio de alta velocidad se captura el impacto de un láser sobre una nanopartícula de oro, lo que desencadena la cristalización. (Crédito de la imagen: Harel Lab MSU)

En esta grabación de microscopio de alta velocidad se captura el impacto de un láser sobre una nanopartícula de oro, lo que desencadena la cristalización. (Crédito de la imagen: Harel Lab MSU) 

El secreto está en un fenómeno conocido como calentamiento plasmónico. Cuando un láser de 660 nanómetros incide sobre una nanopartícula de oro, los electrones en su superficie comienzan a vibrar y generar calor. Ese calor, a su vez, desencadena la cristalización de la solución justo en el punto deseado. La precisión es extrema: la nanopartícula es mil veces más delgada que un cabello humano, y todo el proceso se controla mediante microscopios de alta velocidad capaces de registrar cada milisegundo.

El uso de oro no es casualidad. “Actúa como un pequeño calentador”, explica Harel. “Al irradiarlo con la frecuencia correcta, los electrones del oro oscilan y liberan energía térmica”. Esa energía es suficiente para que las moléculas en la solución se ordenen y formen un cristal.

Las perovskitas de haluro de plomo, en particular, son materiales fascinantes. Son la base de muchas tecnologías emergentes, desde células solares de alta eficiencia hasta LEDs ultrabrillantes. Y tienen una propiedad única: al aumentar la temperatura, su solubilidad disminuye. Es justo lo contrario de lo que ocurre con la mayoría de los materiales, y eso las hace perfectas para este tipo de control térmico.

El equipo de Harel sospecha que hay algo más ocurriendo además del calor. Los electrones excitados por el láser podrían estar participando activamente en la química de la cristalización, ayudando a organizar las estructuras atómicas con más eficiencia. Si se confirma, este descubrimiento abriría la puerta a replicar la técnica en muchos otros materiales.

Los beneficios potenciales son enormes: producir cristales de alta calidad, más rápido, más barato y con una precisión milimétrica. En la práctica, esto podría reducir costos en la fabricación de dispositivos tan diversos como pantallas táctiles, detectores de humo, paneles solares, cámaras médicas o sensores espaciales. “Estamos usando láseres de bajo costo y un proceso muy simple”, destaca Harel. “El ahorro en fabricación puede ser gigantesco, ya que el cristal se forma exactamente donde y cuando se necesita”.

La visión a futuro es ambiciosa. Los científicos planean usar varios láseres de diferentes longitudes de onda para crear patrones más complejos de cristales y probarlos directamente en dispositivos reales. Si los resultados son tan prometedores como esperan, la próxima generación de sensores astronómicos, satélites y tecnología fotónica podría literalmente estar dibujada con luz.

¿Te imaginas telescopios espaciales más precisos y baratos gracias a un simple trazo láser? Puede sonar a ciencia ficción, pero los primeros bocetos ya están ocurriendo en los laboratorios de Michigan.

Fuentes, créditos y referencias:

Nanoscale Plasmonic Heating Induced Spatiotemporal Crystallization of Methylammonium Lead halide Perovskite, ACS Nano (2025). DOI: 10.1021/acsnano.5c12057

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