Un estudio revela que el campo magnético del planeta se volvió completamente loco en una ocasión

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Por fin se puede explicar una gigantesca anomalía magnética que se produjo hace más de 500 millones de años. Crédito Shutterstock  vchal

Por fin se puede explicar una gigantesca anomalía magnética que se produjo hace más de 500 millones de años. Crédito: Shutterstock / vchal

Durante millones de años, las rocas han sido las memorias silenciosas de la Tierra. En su interior, los minerales guardan firmas magnéticas que revelan cómo ha cambiado el campo magnético del planeta y cómo los continentes han viajado por su superficie. Sin embargo, hay un periodo en la historia geológica que siempre ha desconcertado a los científicos: el Ediacárico, ocurrido hace entre 630 y 540 millones de años.

Los registros magnéticos de esa era parecían caóticos, como si los continentes se hubieran movido a una velocidad imposible. Pero una nueva investigación liderada por la Universidad de Yale acaba de dar una explicación sorprendente: no eran los continentes los que estaban actuando de forma extraña, sino el propio campo magnético de la Tierra.

El equipo internacional analizó capa por capa una serie de rocas volcánicas en la región del Anti-Atlas, en Marruecos. Estas muestras proporcionaron datos extremadamente precisos sobre la dirección y la intensidad del campo magnético en diferentes momentos, permitiendo datar con exactitud los cambios registrados. Los resultados fueron reveladores: las variaciones magnéticas ocurrieron en cuestión de miles de años, no millones, lo que descarta por completo la idea de que las placas tectónicas se desplazaran de manera anormal.

“Estamos proponiendo un nuevo modelo para el campo magnético terrestre que revela una estructura en su variabilidad, en lugar de considerarla simplemente como un caos aleatorio”, explicó el geólogo David Evans, de la Universidad de Yale. Su equipo desarrolló un innovador método estadístico para analizar los datos paleomagnéticos del Ediacárico, que podría ser clave para reconstruir mapas más confiables de los continentes y océanos de esa época.

Algunas de las muestras de roca utilizadas en el estudio. Crédito Allie Barton.

Algunas de las muestras de roca utilizadas en el estudio. Crédito: Allie Barton.

Gracias a este nuevo enfoque, los investigadores también descartaron una teoría anterior conocida como “deriva polar verdadera”, que sugería que toda la corteza y el manto de la Tierra pudieron haberse desplazado significativamente mientras los polos permanecían en el mismo lugar. Al comparar los registros volcánicos con rocas sedimentarias formadas en periodos más largos, descubrieron que las posiciones de los polos no cambiaron tanto como se pensaba.

En conjunto, los datos apuntan a un campo magnético extremadamente inestable durante el Ediacárico. ¿La causa? Según los científicos, la explicación más probable está en la formación continua del núcleo interno del planeta, que en aquel tiempo aún no estaba completamente solidificado y podría haber alterado el comportamiento del campo magnético global.

Estos hallazgos no solo resuelven un antiguo misterio geológico, sino que también ofrecen una nueva herramienta para entender la historia profunda de la Tierra. A medida que las técnicas de análisis mejoran, las rocas siguen revelando más secretos: desde los movimientos tectónicos hasta los impactos de asteroides que han dejado cicatrices invisibles en el planeta.

El Ediacárico también fue una era de grandes transformaciones biológicas, cuando aparecieron las primeras formas de vida compleja. Hoy sabemos que, mientras los organismos multicelulares comenzaban a surgir, el campo magnético de la Tierra estaba atravesando uno de sus capítulos más caóticos. Lo que antes parecía un error en los registros geológicos, ahora se entiende como una etapa crucial de la evolución magnética del planeta.

“Si nuestros nuevos métodos estadísticos se confirman, podremos conectar los periodos geológicos más antiguos con los más recientes y crear una visualización coherente de la tectónica de placas a lo largo de miles de millones de años”, concluyó Evans. El estudio fue publicado en la revista Science Advances y redefine cómo entendemos los movimientos invisibles que moldean nuestro mundo desde su interior.

La próxima vez que sostengas una roca antigua, recuerda: puede estar contándote la historia de un planeta que alguna vez perdió el norte… literalmente.

Fuentes, créditos y referencias:

James S. Pierce et al. ,Magnetostratigraphic constraints on the late Ediacaran paleomagnetic enigma.Sci. Adv.11,eady3258(2025). DOI:10.1126/sciadv.ady3258

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