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         El extremo del glaciar Hektoria en febrero de 2024, tras un retroceso rápido sin precedentes. Crédito: Naomi Ochwat.  | 
    
El glaciar Hektoria, en la Península Antártica, acaba de protagonizar uno de los eventos más sorprendentes y alarmantes registrados por la ciencia moderna. En apenas 15 meses, este coloso de hielo retrocedió unos 25 kilómetros, desmoronándose a una velocidad hasta diez veces superior a la de cualquier otro glaciar documentado.
La hazaña —si es que puede llamarse así— fue registrada por un equipo de la Universidad de Colorado Boulder, liderado por la investigadora Naomi Ochwat. Según explican, el glaciar colapsó debido a una vulnerabilidad en su estructura: su tronco principal se adelgazó hasta retirarse sobre una zona del fondo marino relativamente plana, conocida como llanura de hielo. Esa configuración generó un efecto dominó que desencadenó una avalancha de icebergs.
“La pregunta es si Hektoria fue un caso extremo, una tormenta perfecta de condiciones, o si hay otros glaciares en el continente listos para repetir la historia”, señaló Ochwat. La posibilidad inquieta, ya que este tipo de colapsos tiene implicaciones directas en el aumento del nivel del mar.
Todo comenzó a principios de 2022, cuando una masa de hielo marino se desprendió del frente del glaciar. Poco después, su lengua flotante se desintegró, eliminando una capa de hielo que actuaba como barrera natural. Al quedar expuesto, Hektoria comenzó a acelerarse y a adelgazar a un ritmo inusual, hasta que alcanzó la llanura de hielo. Allí, su base perdió contacto con el lecho rocoso y pasó a flotar casi por completo.
Ese cambio fue el punto de no retorno. Según el equipo, en cuestión de días, la sección principal del glaciar quedó suspendida por fuerzas de flotabilidad que rompieron el hielo en grandes bloques. Los sensores sísmicos detectaron “terremotos glaciares” mientras gigantescos icebergs se desprendían, acortando el glaciar en ocho kilómetros solo entre noviembre y diciembre de 2022.
Ted Scambos, también de la Universidad de Colorado Boulder, describió el fenómeno como “impactante” y advirtió que este evento “cambia lo que creíamos posible” sobre la dinámica de los glaciares antárticos.
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Imágenes satelitales del extremo del glaciar Hektoria tomadas el 26 de octubre de 2022 (izquierda) y el 23 de febrero de 2023. Crédito: Copernicus/ESA.  | 
Pero no todos los expertos están convencidos. Frazer Christie, de Airbus Defence and Space, afirmó que existe “una gran discrepancia” dentro de la comunidad glaciológica sobre la ubicación exacta del punto donde Hektoria estaba realmente anclado al lecho marino, debido a la falta de registros satelitales de alta precisión.
Por su parte, Anna Hogg, de la Universidad de Leeds, sostiene que los datos de su equipo muestran que la zona sobre la supuesta llanura de hielo siempre estuvo “totalmente flotante”, lo que descartaría un colapso impulsado por flotabilidad. Y Christine Batchelor, de la Universidad de Newcastle, fue aún más escéptica: “Si esa parte del hielo ya flotaba, entonces esto no es más que otro caso de una plataforma de hielo desprendiendo icebergs”, afirmó.
A pesar de las diferencias, el caso Hektoria marca un precedente preocupante. Si su colapso fue producto de una configuración inusual o de un mecanismo más común de lo que se pensaba, aún está por verse. Pero una cosa parece clara: la Antártida está cambiando más rápido de lo que el planeta puede asimilar.
Fuentes, créditos y referencias:

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