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| El primer robot humanoide con IA de Rusia se llama AIdol. Crédito: X / @BohuslavskaKate |
El debut de AIdol, el primer robot humanoide ruso impulsado por inteligencia artificial, terminó convirtiéndose en una escena que recorrió el mundo por razones muy distintas a las que sus creadores esperaban. Su presentación en un destacado foro tecnológico de Moscú debía ser un símbolo de ambición nacional, pero la realidad dio un giro abrupto cuando el robot avanzó por el escenario con paso inestable mientras sonaba “Gonna Fly Now”, el tema icónico de Rocky. Pocos segundos después, AIdol perdió el equilibrio, se inclinó hacia adelante y cayó de lleno contra el suelo. El impacto fue tan aparatoso que las redes sociales estallaron con comentarios sobre su estabilidad y diseño.
El momento quedó registrado en un video publicado por la usuaria @BohuslavskaKate en X, donde se ve al humanoide intentando caminar con cautela por el escenario del Centro de Congresos Yarovit Hall. La escena pasa rápidamente de curiosidad tecnológica a desconcierto cuando el robot se desploma de manera repentina, provocando risas nerviosas, dudas del público y la reacción inmediata de los presentadores, que corrieron a auxiliarlo mientras permanecía inmóvil bajo los focos.
I can't stop laughing 😆
— Kate from Kharkiv (@BohuslavskaKate) November 11, 2025
This is a presentation of Russia’s first AI robot. I think it learned to walk from alcoholics. pic.twitter.com/bd5M58c6rj
AIdol fue creado por la compañía rusa Idol como una demostración del progreso del país en robótica avanzada. Su estructura, su sistema de movimiento y su capacidad para interpretar señales visuales estaban pensados para mostrar un salto tecnológico. El robot debía caminar sin asistencia, ejecutar gestos complejos y responder a interacciones básicas con personas. Sin embargo, su caída terminó evidenciando lo frágiles que siguen siendo los sistemas de equilibrio en los modelos humanoides actuales.
El CEO de Idol, Vladimir Vitukhin, explicó posteriormente a Newsweek que el accidente ocurrió por un error de calibración en los algoritmos que regulan el equilibrio y el control de movimiento. Lo describió como un caso de aprendizaje en tiempo real: “Una buena equivocación se convierte en conocimiento, y una mala equivocación se convierte en experiencia”. Tras la caída, los ingenieros retiraron al robot del escenario para revisar sensores, estabilizadores internos y el software responsable de su locomoción.
AIdol destaca por estar fabricado con un 77% de componentes producidos dentro de Rusia, una cifra que la empresa planea elevar al 93% en futuras versiones a pesar de las sanciones que han limitado el acceso a tecnología importada. Su rostro de silicona integra 19 servomotores capaces de generar más de una docena de expresiones y cientos de microgestos. La piel sintética está diseñada para replicar la firmeza y la fluidez de un movimiento facial humano, lo que le da un aspecto sorprendentemente realista. Según Vitukhin, el robot puede “sonreír, pensar y sorprenderse, igual que una persona”.
El tropiezo escénico ocurrió apenas días después de que Elon Musk subiera al escenario junto al robot Optimus de Tesla durante la reunión anual de la compañía en Austin, donde el humanoide imitó sus movimientos para mostrar su nivel de coordinación. La comparación entre ambos momentos no tardó en inundar internet, intensificando el debate sobre qué tan cerca estamos realmente de robots humanoides completamente funcionales.
Para Idol, el plan sigue adelante: ajustar, aprender y volver a intentarlo. La caída de AIdol se convirtió en un recordatorio inesperado de que incluso los avances más ambiciosos pueden tropezar, pero también en una oportunidad para perfeccionar un proyecto que aspira a colocar a Rusia dentro de la competencia global en robótica avanzada.
