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Tres décadas después del descubrimiento del primer exoplaneta, los astrónomos han identificado más de 7.000 planetas en órbita alrededor de estrellas más allá de nuestro sistema solar. Sin embargo, esto es sólo la punta del iceberg cósmico: se cree que existen miles de millones de exoplanetas más sólo en nuestra galaxia. A medida que avanza el campo de la exoplanetología, los científicos están pasando de la mera detección a la comprensión de las características de estos mundos lejanos, con el objetivo último de encontrar indicios de vida en otros lugares del universo.
Uno de estos descubrimientos, la supertierra HD 20794 d, ha captado recientemente la atención de los astrónomos. Detectado por un equipo internacional que incluye investigadores de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y del NCCR PlanetS, este planeta ofrece una oportunidad única para estudiar las condiciones necesarias para la vida. Los hallazgos, publicados en la revista Astronomy & Astrophysics, son el resultado de 20 años de meticulosas observaciones con algunos de los telescopios más avanzados del mundo.
Durante milenios, la cuestión de si existe vida más allá de la Tierra fue un asunto de especulación filosófica. Hoy en día, la ciencia moderna aporta pruebas tangibles para responder a esta antigua pregunta. El descubrimiento del primer exoplaneta en 1995 por los investigadores de la UNIGE Michel Mayor y Didier Queloz -un avance que les valió el Premio Nobel de Física 2019- marcó un punto de inflexión en la astronomía. Desde entonces, el consenso científico se ha consolidado: es probable que casi todas las estrellas de nuestra galaxia alberguen al menos un planeta.
Ahora, los astrónomos se centran en exoplanetas más fáciles de estudiar o que presentan características intrigantes. HD 20794 d, una supertierra situada a sólo 19,7 años-luz de la Tierra, es uno de estos planetas. Este planeta, que orbita alrededor de una estrella de tipo G similar a nuestro Sol, forma parte de un sistema que incluye otros dos mundos. Su relativa proximidad y el brillo de su estrella anfitriona lo convierten en un candidato ideal para un estudio detallado.
Lo que hace especialmente fascinante a HD 20794 d es su ubicación dentro de la zona habitable de su estrella, la región donde las condiciones podrían permitir la existencia de agua líquida. El agua líquida se considera un ingrediente clave para la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, la órbita de HD 20794 d dista mucho de ser ordinaria. A diferencia de la trayectoria relativamente circular de la Tierra alrededor del Sol, esta supertierra sigue una órbita elíptica excéntrica.
A lo largo de su revolución de 647 días, HD 20794 d oscila entre los bordes interior y exterior de la zona habitable de su estrella, a una distancia que oscila entre 0,75 y 2 unidades astronómicas (UA). Este comportamiento único proporciona a los astrónomos un laboratorio natural para probar teorías sobre la habitabilidad planetaria. Si existe agua en HD 20794 d, ésta podría transitar entre los estados de hielo y líquido a medida que el planeta se acerca o se aleja de su estrella.
El descubrimiento de HD 20794 d no fue tarea fácil. El equipo de investigadores analizó más de 20 años de datos procedentes de instrumentos de última generación como ESPRESSO y HARPS. Un avance clave fue el desarrollo de YARARA, un algoritmo de reducción de datos creado en UNIGE, que ayudó a filtrar el ruido y a revelar las sutiles señales del planeta.
Michael Cretignier, investigador postdoctoral de la Universidad de Oxford y coautor del estudio, explicó el minucioso proceso: «Analizamos los datos durante años, eliminando cuidadosamente las fuentes de contaminación». Este enfoque iterativo pone de manifiesto los retos que plantea la detección de exoplanetas y la importancia de los avances tecnológicos para ampliar los límites de nuestros conocimientos.
La proximidad de HD 20794 d a la Tierra y su brillante estrella anfitriona lo convierten en un objetivo privilegiado para los telescopios de nueva generación, como el Extremely Large Telescope (ELT) equipado con el espectrógrafo ANDES. Estos instrumentos permitirán a los científicos estudiar directamente la atmósfera del planeta en busca de biomarcadores que puedan indicar la presencia de vida.
El nuevo Centro para la Vida en el Universo (CVU) de la UNIGE ya está investigando las condiciones de habitabilidad de HD 20794 d. Aunque la confirmación de la existencia de vida en este mundo lejano requerirá más investigación y un enfoque multidisciplinar, el descubrimiento representa un importante paso adelante en la búsqueda de la humanidad para comprender nuestro lugar en el cosmos.
La historia de HD 20794 d es un testimonio del poder de la curiosidad humana y la innovación tecnológica. A medida que los astrónomos continúan explorando el universo, cada nuevo descubrimiento nos acerca más a la respuesta a la profunda pregunta: ¿Estamos solos?
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La búsqueda de vida más allá de la Tierra está lejos de haber terminado, pero con descubrimientos como el de HD 20794 d, estamos un paso más cerca de desvelar los misterios del cosmos.