Huevos de dinosaurio esconden un método revolucionario para fechar antiguos yacimientos fósiles

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Reconstrucción artística de un dinosaurio troodóntido recién nacido, anidado entre fragmentos de su cáscara de huevo, inspirado en especímenes de microtroodóntidos de Mongolia. Tras ser enterrados en suelos antiguos, estas cáscaras reaccionaron con aguas meteóricas, permitiendo que el uranio penetrara en la estructura de calcita en las primeras etapas de la fosilización. Crédito: Eva Utsukiyouhei (宇津城遥平)
Esta representación artística muestra una cría de microtroodóntido recién nacida, rodeada de fragmentos de su cáscara agrietada. Mientras las cáscaras yacían en el suelo antiguo, el agua meteórica las alteró químicamente, promoviendo la incorporación temprana de uranio en la matriz de calcita. Crédito: Eva Utsukiyouhei (宇津城遥平)

Un equipo internacional de geólogos y paleontólogos logró algo que durante décadas parecía fuera de alcance: determinar la edad exacta de rocas con fósiles usando directamente las cáscaras fosilizadas de huevos de dinosaurio. Este avance abre una vía completamente nueva para fechar y comparar algunos de los yacimientos más importantes del mundo.

El estudio, dirigido por el Dr. Ryan Tucker del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Stellenbosch, fue publicado en Communications Earth & Environment. El proyecto reunió especialistas de instituciones en Estados Unidos, Mongolia, Brasil y Sudáfrica, quienes buscaban resolver un problema clásico de la paleontología: muchos yacimientos solo cuentan con estimaciones aproximadas de edad, lo que dificulta comparar especies, ecosistemas y cambios evolutivos entre distintas regiones.

Normalmente, para fechar un yacimiento se analizan minerales cercanos —como zircon o apatita— porque conservan señales químicas estables en el tiempo. Pero estos minerales no siempre están presentes. Además, los intentos de datar directamente huesos o dientes han sido imprecisos, debido a que estos materiales pueden alterarse con facilidad con el paso de millones de años.

Para superar esta limitación, el equipo adoptó un enfoque completamente distinto. Aplicaron datación uranio-plomo (U–Pb) combinada con mapeo elemental de alta resolución para analizar rastros de uranio y plomo atrapados en la estructura mineral de la cáscara. Estos elementos actúan como un reloj natural: el uranio se descompone lentamente en plomo a un ritmo conocido, lo que permite estimar cuánto tiempo ha pasado desde que la cáscara quedó enterrada.

Explicación breve: La datación uranio-plomo es una técnica geocronológica usada para medir edades muy antiguas. Funciona porque ciertos isótopos de uranio se transforman en isótopos de plomo a un ritmo constante, como si fuera un reloj microscópico incorporado en el mineral.

Mapa elemental comparativo de isótopos de uranio (U) y plomo (Pb) utilizado para determinar la edad de cáscaras de huevo fósiles del Miembro Mussentuchit de la Formación Cedar Mountain en Utah (EE. UU.). El mapeo revela que el uranio ingresó a la muestra de cáscara de huevo estadounidense después de la fosilización, mientras que los especímenes de Teel Ulaan Chaltsai contienen uranio incorporado antes de la fosilización. Crédito: Kira Venter y Chris Luna
Los investigadores crearon mapas comparativos de isótopos de uranio (U) y plomo (Pb) para datar las cáscaras de huevo fósiles del Miembro Mussentuchit en Utah. Los datos visuales demuestran la absorción de uranio posterior a la fosilización en el espécimen estadounidense, en contraste con las muestras de Teel Ulaan Chaltsai, donde el uranio se incorporó antes de la fosilización. Crédito: Kira Venter y Chris Luna

El método se probó con huevos fosilizados provenientes de Utah (EE. UU.) y del Desierto del Gobi (Mongolia). Las edades obtenidas coincidieron dentro de un margen del cinco por ciento con las dataciones provenientes de capas de ceniza volcánica ya conocidas. En Mongolia, este enfoque permitió establecer por primera vez una edad directa para un yacimiento emblemático repleto de huevos y nidos de dinosaurio: aproximadamente 75 millones de años.

“La calcita de la cáscara es sorprendentemente útil”, señaló el Dr. Tucker. “Nos ofrece una alternativa real para fechar sitios donde faltan capas volcánicas, un obstáculo que ha limitado a la paleontología durante décadas”.

El proyecto contó con la colaboración del North Carolina Museum of Natural Sciences, North Carolina State University, Colorado School of Mines, la Academia de Ciencias de Mongolia y la Universidade Federal de Ouro Preto (Brasil). El trabajo de campo en Mongolia se realizó mediante el Mongolian Alliance for Dinosaur Exploration (MADEx), con el apoyo de la National Geographic Society y la National Science Foundation.

Este avance no solo refuerza la conexión entre biología y geología, sino que ofrece a los científicos una herramienta robusta para fechar sitios fósiles en cualquier parte del mundo. Tal como resume Lindsay Zanno, coautora del estudio y jefa de paleontología en el North Carolina Museum of Natural Sciences: “La datación directa de fósiles es el sueño de cualquier paleontólogo. Con esta técnica, podemos abordar preguntas sobre la evolución de los dinosaurios que antes parecían imposibles de resolver”.

Fuentes, créditos y referencias:

Ryan T. Tucker et al, U-Pb calcite age dating of fossil eggshell as an accurate deep time geochronometer, Communications Earth & Environment (2025). DOI: 10.1038/s43247-025-02895-w

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