El depósito de magma de Yellowstone revela información sobre la futura actividad volcánica

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Sismómetro portátil desplegado en Yellowstone. Crédito: Jamie Farrell, Universidad de Utah
Sismómetro portátil desplegado en Yellowstone. Crédito: Jamie Farrell, Universidad de Utah

El Parque Nacional de Yellowstone, famoso por sus géiseres y aguas termales, alberga uno de los sistemas volcánicos más intrigantes del mundo. Bajo su superficie se encuentra un vasto reservorio de magma, cuyas características han sido objeto de estudio durante décadas. Recientemente, un equipo de sismólogos de la Universidad de Utah y la Universidad de Nuevo México ha logrado obtener imágenes de alta resolución de este reservorio utilizando vibraciones artificiales, revelando detalles cruciales sobre su estructura y composición.

Para superar las limitaciones de los métodos tradicionales, que dependen de ondas sísmicas naturales y producen imágenes borrosas, los investigadores desplegaron 650 geófonos portátiles a lo largo de las carreteras del parque. Además, utilizaron un camión Vibroseis, comúnmente empleado en la exploración de petróleo y gas, para generar vibraciones artificiales durante la noche y evitar molestias a los visitantes. Estas vibraciones actuaron como "mini-terremotos" controlados, permitiendo capturar datos sísmicos con una precisión sin precedentes.

El estudio, publicado en la revista Nature, determinó que el límite superior del reservorio de magma se encuentra a 3.8 kilómetros de profundidad y está claramente definido. Además, se descubrió que la parte superior del reservorio está compuesta en un 86% por roca sólida, mientras que el 14% restante son espacios porosos. Estos espacios contienen una mezcla de material fundido (50%) y gases volátiles como CO₂ y H₂O (50%).

Uno de los hallazgos más relevantes es que los gases volátiles, responsables de erupciones explosivas, escapan constantemente a través de características geotermales como el Mud Volcano. Este proceso reduce la acumulación de presión en el reservorio, lo que disminuye el riesgo de una erupción catastrófica en el futuro cercano. "Saber a qué profundidad se encuentran estos gases nos ayuda a entender cómo se comportarán bajo presión", explicó Jamie Farrell, coautor del estudio.

El reservorio de Yellowstone está compuesto principalmente por riolita, una roca ígnea rica en sílice, y se extiende sobre un área de 55 por 30 millas, alcanzando profundidades de hasta 10 millas. Debajo de él, hay un reservorio aún más grande de basalto, con menor contenido de roca fundida. Estos datos refuerzan la comprensión del "motor térmico" que alimenta las características hidrotermales del parque.

Las técnicas empleadas en este estudio no solo mejoran nuestro conocimiento de Yellowstone, sino que también pueden aplicarse a otros volcanes activos difíciles de estudiar, como los Campi Flegrei en Italia o Santorini en Grecia. Según Mike Poland del Observatorio Vulcanológico de Yellowstone, estos avances son comparables a la evolución de las cámaras digitales, permitiendo "ver dentro de los volcanes con una resolución sin precedentes".

Fuentes, créditos y referencias:

Chenglong Duan, A sharp volatile-rich cap to the Yellowstone magmatic system, Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-08775-9. www.nature.com/articles/s41586-025-08775-9

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