¿Se discrimina a los hablantes de árabe en España?

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Letrero de una tienda de regalos en Zaragoza. María Ballarín Rosell y Ángeles Vicent.

La mayoría de personas estamos habituadas a escuchar y utilizar vocablos como “homofobia” o “claustrofobia”; pero ¿ha oído alguna vez la palabra “glotofobia”? Pese a lo que inicialmente pueda parecer, la glotofobia no tiene que ver con sentir aversión hacia los glotones o la glotonería. Se trata de un tipo de discriminación que afecta a una lengua o una variedad de lengua y a sus hablantes (su etimología es de glotta, lengua en griego, y fobia, rechazo o aversión).

Aunque siempre ha existido la exclusión o desprecio en determinados contextos hacia un idioma o variedad lingüística, o se ha discriminado a determinadas personas y comunidades por su uso de la lengua, el término glotofobia se acuñó en 2016 por el sociolingüista francés Philippe Blanchet y se usa ya de manera generalizada en este ámbito de la investigación.

Lenguas, estereotipos y prejuicios

El origen de las actitudes negativas o positivas hacia determinadas lenguas y sus hablantes es cultural: se trata de unas ideologías o creencias compartidas que los hablantes interiorizan sin darse cuenta. En el ámbito de España, por ejemplo, considerar al español estándar como la única variedad adecuada para determinados contextos ha tenido como consecuencia que se hayan discriminado tradicionalmente otras variedades regionales como el andaluz, el murciano o el canario.


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A lo largo de la historia, la lengua árabe ha sufrido persecuciones específicas en el contexto español. La Inquisición buscaba libros escritos en árabe entre los moriscos del siglo XVI para poder acusarlos de ser falsos cristianos, y las Cortes Valencianas, en 1564, y Felipe II en los territorios de la Corona de Castilla, en 1567, prohibieron el uso de la lengua árabe hablada y escrita.

La dariya ceutí, una lengua minorizada

Desde finales del siglo XIX, en la ciudad de Ceuta se ha hablado una variedad del árabe conocida como dariya. En la actualidad, casi la mitad de su población habla el dariya ceutí, a pesar de que el español es la lengua socialmente más prestigiosa y de su aprendizaje depende el futuro laboral de sus habitantes y su perfecta integración en la sociedad ceutí.

El árabe ceutí está minorizado y discriminado. Una prueba de ello es que la Asamblea de Ceuta rechazó en enero pasado una propuesta de protección de la dariya y su cultura, tal y como se había recomendado desde la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias del Consejo de Europa en un informe de septiembre de 2024.

En el debate que se generó al respecto, la dariya se equiparó al hindi y al hebreo (lenguas que prácticamente han desaparecido en la ciudad), tal y como se recoge en las actas de ese pleno. Así se diluía la importancia de la variedad árabe.

Glotofobia en las redes

Pero más allá de las actitudes de las instituciones, hoy en día las herramientas para practicar la glotofobia se han multiplicado: las redes sociales o los comentarios de lectores en los medios de comunicación digitales están llenos de inquisidores que sientan cátedra, a veces amparados en el anonimato. Véanse por ejemplo los comentarios a esta noticia.

Otro ejemplo es el meme que se publicó hace unas semanas en el perfil de X del Partido Popular (PP) que decía: “Si pides la ayuda en árabe llega antes”. A través de esta identificación del idioma con una comunidad concreta de personas, caracterizada generalmente por una situación social específica, se consigue estigmatizar a todos los hablantes de esa lengua y tiene consecuencias en la percepción social del colectivo arabófono.

Otro ejemplo de glotofobia hacia el árabe por parte de partidos políticos es la postura de Vox en la región de Murcia. En esta comunidad autónoma española, el programa de enseñanza de la lengua árabe se aplica en siete centros de la región (diez a partir del próximo curso), en los que participan un total de 348 estudiantes (de un total de 320 000 de toda la comunidad), y Vox propone que se dejen de ofrecer. ¿Por qué no enseñar árabe a estudiantes cuyas familias lo hablan, mientras que el inglés, el francés o el alemán se consideran un enriquecimiento del currículum? Podríamos decir también en este caso que es glotofobia lo que hay tras esta propuesta.


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Jerarquización de las lenguas

La lengua árabe es la quinta con mayor número de hablantes nativos en el mundo (entre 250 y 300 millones) y la sexta si consideramos también a los que la hablan como segunda lengua. Entre todos esos millones de personas, hay tal variedad de situaciones como entre el colectivo de hablantes de español repartido por el mundo.

Diversos trabajos muestran cómo las ideologías y actitudes de algunos hablantes hacia las lenguas configuran una jerarquía entre ellas que se comparte o se transmite al resto de la sociedad. El árabe normalmente ocupa un puesto muy bajo en esta jerarquización debido siempre a motivos extralingüísticos, como demostramos en un trabajo de próxima publicación en el International Journal of Sociology of Language.

Estas ideas llegan y moldean las opiniones de los hablantes y, por lo tanto, de la sociedad, y pueden convertir en algo habitual la glotofobia hacia los hablantes de alguna de las muchas variedades que tiene la lengua árabe.

The Conversation

Ángeles Vicente Sánchez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.


Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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