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Un gusano se clona mal y termina con dos cabezas funcionales. Sinhyu Fotógrafo/Shutterstock |
En un laboratorio, un diminuto gusano plano de apenas un milímetro está dejando a los científicos sin palabras. Se llama Stenostomum brevipharyngium, y aunque normalmente se reproduce por clonación asexual, a veces su cuerpo comete un error tan extraño que parece sacado de una película de terror: en lugar de formar una cabeza y una cola, termina con dos cabezas completamente funcionales. Sí, dos cerebros en un solo cuerpo. Y no, no es ciencia ficción, es biología pura… y perfecta para Halloween.
Estos gusanos suelen multiplicarse mediante un proceso llamado paratomía. Se estiran, desarrollan una nueva sección intermedia y luego se dividen en dos clones idénticos, cada uno con su cabeza y su cola. En apenas cuatro días el ciclo se completa, sin complicaciones. Pero de vez en cuando, la naturaleza se sale del guion y crea algo que parece una broma evolutiva: los llamados “gusanos bicéfalos”.
El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, revela que estos gusanos con dos cabezas no son deformes. Todo lo contrario: cada cabeza tiene su propio cerebro bien formado, pero invertido, como si fueran reflejos en un espejo. Al analizarlos en detalle, los investigadores descubrieron que estos ejemplares carecían por completo de los tipos de células que deberían formar la cola. No eran dos cuerpos fusionados, sino un solo gusano que simplemente decidió poner una cabeza donde debía ir la parte trasera.
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Experimentos previos con gusanos planos demostraron que se les puede inducir a desarrollar dos cabezas (centro) o dos colas (derecha). (Mike Levin/Universidad de Tufts) |
Lo más sorprendente es que, a pesar de lo absurdo que suena, estos organismos pueden seguir viviendo con total normalidad. Algunos incluso se dividen después y generan descendencia completamente “normal”, con una cabeza y una cola. Otros llegan a regenerar una cola en el lugar donde antes había una segunda cabeza, demostrando una capacidad de adaptación que desafía cualquier manual de biología.
Este tipo de regeneración es prácticamente inexistente en los bilaterales —el grupo de animales con una parte delantera y otra trasera bien definidas, al que también pertenecen los humanos—. Sin embargo, los gusanos planos parecen jugar con las reglas de la vida misma. Su flexibilidad biológica los convierte en una de las claves más prometedoras para entender la regeneración de órganos y extremidades en animales más complejos.
Lo cierto es que Stenostomum brevipharyngium no solo sobrevive a su propio “accidente evolutivo”, sino que lo incorpora como parte de su naturaleza. Rompe las reglas de su propio diseño, se reinventa y sigue adelante, como si tener dos cabezas fuera simplemente otra jornada rutinaria bajo el microscopio. En el fondo, este minúsculo gusano nos recuerda algo profundamente humano: la vida, incluso cuando parece un error, siempre encuentra la forma de continuar.
Fuentes, créditos y referencias:

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