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Los científicos descubren el límite real del cuerpo humano, y es menor de lo que crees. Crédito: Miguel A Amutio Unsplash  | 
Por más que los atletas de élite lleven sus cuerpos al extremo, hay un punto en el que la naturaleza humana simplemente dice basta. Un nuevo estudio ha confirmado que, sin importar el nivel de entrenamiento o condición física, el cuerpo humano no puede mantener un gasto energético superior a 2.5 veces su tasa metabólica en reposo durante largos periodos.
Este límite, conocido como el “techo metabólico”, marca el punto máximo al que el cuerpo puede sostener su rendimiento antes de empezar a colapsar energéticamente. Aunque es posible superarlo de forma puntual, hacerlo por más de 30 semanas seguidas es prácticamente imposible. La investigación, publicada en la revista Current Biology, utilizó métodos de medición de referencia para calcular el consumo calórico de atletas de clase mundial, duplicando el tamaño de muestra respecto a estudios previos.
Los investigadores analizaron a 14 deportistas altamente entrenados —entre ellos corredores, ciclistas y triatletas—, en su mayoría hombres de entre 30 y 44 años. Solo dos eran mujeres. Para medir su gasto energético total, los participantes bebieron agua enriquecida con dos trazadores metabólicos. Posteriormente, las concentraciones de estos compuestos en la orina permitieron estimar con precisión la cantidad de energía que cada atleta gastaba durante los entrenamientos y las competiciones.
Con esos datos, los científicos calcularon el llamado “alcance metabólico” individual, es decir, la capacidad máxima de cada cuerpo para mantener la quema calórica a lo largo de 52 semanas. En promedio, los atletas rara vez superaron las 4,000 calorías diarias, lo que equivale a unas 2.4 veces su tasa metabólica basal.
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Joe McConaughey, participante en el estudio, en camino hacia un récord de velocidad en el Arizona Trail en 2021. Crédito: Michael Dillon.  | 
Durante periodos cortos, algunos lograron ir más allá. El récord fue de más de siete veces la tasa base, registrado durante una carrera de casi 24 horas por el sendero de los Apalaches. Otros ultramaratonistas también alcanzaron más de cuatro veces su tasa metabólica en pruebas de varios días. Sin embargo, cuando se promedió todo el año de actividad, estos picos se diluyeron. El cuerpo humano puede encender su motor al máximo por momentos, pero no puede sostenerlo indefinidamente.
Después de unas 30 semanas de entrenamiento intenso y competición continua, los datos mostraron que la mayoría de los deportistas caían nuevamente dentro del rango del “techo metabólico” propuesto. Solo cuatro lograron mantenerse ligeramente por encima, con una media de 2.7 veces su tasa en reposo, una diferencia mínima frente al resto.
“Los atletas de este estudio no superaron de forma significativa el límite metabólico estimado”, concluyen los autores. Aun así, reconocen que ciertos récords de resistencia extrema podrían representar excepciones únicas. Para confirmarlo, harían falta mediciones directas en una muestra mucho más amplia de atletas de ultraresistencia.
Los hallazgos refuerzan la idea de que existe un límite fisiológico claro para la resistencia humana, una frontera natural que define hasta dónde puede llegar nuestro metabolismo antes de agotarse. Pero también dejan abierta una posibilidad intrigante: que algún atleta del futuro, con una biología excepcional o una estrategia de recuperación revolucionaria, logre romper esa barrera y redefinir lo que creemos posible.
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