Las impactantes imágenes de orcas arrancando el hígado a tiburones blancos

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Una orca nada junto a un tiburón con una herida visible. Crédito Marco Villegas

Una orca nada junto a un tiburón con una herida visible. Crédito: Marco Villegas

En el Golfo de California, un grupo de orcas ha dejado a los científicos boquiabiertos. Por primera vez, drones han captado a estos depredadores marinos cazando tiburones blancos jóvenes con una precisión quirúrgica, volteándolos para inmovilizarlos y extrayendo su hígado con una eficiencia espeluznante.

El biólogo marino Erick Higuera, quien lleva años siguiendo a esta manada cerca de La Paz, México, sabía que eran cazadores expertos. Ya los había visto enfrentarse a tiburones toro, tiburones ballena e incluso rayas. Pero lo que registró su cámara en 2020 superó cualquier expectativa: una orca sujetaba a un tiburón blanco, lo giraba hasta dejar su vientre expuesto y lo mantenía así mientras los demás esperaban su turno. Minutos después, una de ellas emergió con el hígado del tiburón entre sus fauces, que luego fue compartido entre el grupo como si se tratara de una cena ritual.

Higuera pensó al principio que la víctima era un tiburón tigre, pero al revisar las imágenes cuadro por cuadro, notó los detalles inconfundibles. Consultó con el experto en tiburones Mauricio Hoyos, quien apenas vio las fotos exclamó: “¡Eso es un tiburón blanco! ¿Sudáfrica?”. “No, amigo, esto es La Paz”, respondió Higuera. La escena marcó un antes y un después en el estudio de estos depredadores.

Hasta ahora, se creía que solo las orcas de Sudáfrica realizaban este tipo de ataques selectivos para obtener los hígados, un órgano extremadamente graso y nutritivo en el cuerpo del tiburón. Pero la publicación de Higuera en la revista Frontiers in Marine Science confirmó que el mismo comportamiento se repite en México, y que en 2022 se documentó un segundo ataque idéntico en la misma zona.

El secreto de su técnica radica en un fenómeno natural llamado “inmovilidad tónica”. Cuando un tiburón o una raya es girado boca arriba, entra en un estado de parálisis temporal. Los científicos no saben del todo por qué ocurre, aunque sospechan que está relacionado con mecanismos de defensa o apareamiento. Las orcas, sin embargo, lo aprovechan al máximo: al dejar al tiburón indefenso, tienen acceso directo a su valioso hígado sin necesidad de una lucha prolongada.

Las orcas son conocidas por su inteligencia social y sus complejas estrategias de caza, transmitidas de generación en generación dentro de las manadas dirigidas por hembras. Cada grupo desarrolla tácticas distintas según su entorno: algunas prefieren salmones en el Pacífico Noroeste, otras se especializan en delfines o ballenas frente a California, y algunas en Canadá son famosas por lanzar focas al aire con sus colas. Incluso hay grupos en el Estrecho de Gibraltar que embisten yates, un comportamiento que podría tener más de juego que de caza.

En Sudáfrica, los ataques de orcas a tiburones blancos son tan frecuentes que han alterado por completo el ecosistema marino. Los tiburones, ante la presión de estos depredadores, han abandonado zonas donde solían congregarse, cambiando la dinámica de toda la cadena trófica. La bióloga Alison Towner, de la Universidad de Rhodes, asegura que “la respuesta de los tiburones ha sido drástica; prácticamente han desaparecido de sus antiguos refugios”.

Los científicos creen que el grupo del Golfo de California podría representar un nuevo “ecotipo” de orca cazadora de tiburones, lo que significaría una adaptación local y cultural a este tipo de presas. Si se confirma, sería un avance clave para promover políticas de conservación tanto de las orcas —a menudo acosadas por el turismo náutico— como de los propios tiburones, amenazados por la sobrepesca.

“Necesitamos más datos para confirmarlo”, admite Higuera. Pero una cosa es clara: bajo las aguas turquesas del Pacífico mexicano, un grupo de orcas ha cambiado las reglas del juego, demostrando que incluso los reyes del océano pueden caer ante una estrategia perfectamente coordinada.

Fuentes, créditos y referencias:

Novel evidence of interaction between killer whales (Orcinus orca) and juvenile white sharks (Carcharodon carcharias) in the Gulf of California, Mexico, Frontiers in Marine Science (2025). DOI: 10.3389/fmars.2025.1667683

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