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La historia de Rapa Nui vuelve a sacudir a arqueólogos y antropólogos gracias a un análisis que cambia la forma en que entendemos la creación de los moái. Durante décadas se asumió que estas enormes figuras de piedra habían sido obra de un poder central que organizaba a toda la población, pero los nuevos datos muestran otra realidad, una mucho más cercana a la vida cotidiana de las antiguas comunidades de la isla.
El estudio publicado en la revista PLOS One, dirigido por Carl Philipp Lipo, analiza con una precisión nunca vista el gran yacimiento de Rano Raraku, el lugar donde nacieron casi todos los moái. Para aclarar algunos términos: un moái es una estatua monolítica tallada en roca volcánica; y la toba volcánica es un tipo de piedra ligera formada por ceniza compactada, muy usada por los talladores de la época por ser manejable y abundante.
Al reconstruir digitalmente el terreno con miles de fotografías, el equipo creó un modelo tridimensional de alta resolución que permite observar huellas de herramientas, pendientes, cortes interrumpidos e incluso figuras abandonadas a medio terminar. Lo sorprendente es que estas marcas se agrupan en más de treinta zonas de trabajo bien definidas, como si distintos grupos se hubieran repartido el espacio según los límites naturales del terreno.
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| Una talla de moái abandonada permanece incrustada en el cráter volcánico donde antiguos artesanos comenzaron a darle forma. Crédito: Lipo et al., 2025, PLOS One, CC BY |
Cada zona presenta su propio estilo, su propio ritmo y su propia manera de atacar la piedra. Algunos talladores empezaban por el rostro; otros delineaban primero el bloque completo antes de añadir detalles. En ciertos casos trabajaban sobre superficies verticales y, en otros, preferían tallar figuras recostadas. Estas diferencias no parecen responder a órdenes centralizadas, sino a necesidades prácticas: la calidad de la toba varía incluso dentro de unos pocos metros, y los artesanos ajustaban su técnica según la dureza y la fractura de cada porción de roca.
El modelo también muestra varios caminos que salen del cráter. Cada ruta coincide con territorios asociados a diferentes clanes, lo que refuerza la idea de que cada grupo tallaba su propio moái y lo trasladaba hacia su región. Las simulaciones y pruebas de transporte realizadas en años anteriores ya habían demostrado que es posible mover un moái con cuerdas y equilibrio, sin necesidad de enormes ejércitos. Ahora, este nuevo mapa digital deja claro que no existía una única vía ni un sistema de transporte centralizado.
A pesar de esta diversidad de métodos y decisiones, las estatuas mantienen proporciones y rasgos muy similares entre sí. Esa coherencia sugiere algo más importante: la cultura se transmitía de forma fluida entre las distintas comunidades. Las ideas viajaban en visitas, celebraciones, intercambios matrimoniales y momentos compartidos, no por imposición de una autoridad única. La uniformidad artística nació de la convivencia, no de la jerarquía.
El proyecto también ayuda a los administradores locales a evaluar los daños ocasionados por la erosión, el clima y los incendios que han afectado al sitio. Contar con un modelo abierto y detallado permite vigilar cambios mínimos en la superficie de la cantera, algo esencial para proteger un patrimonio tan frágil.
Los investigadores apuntan a que muchos de los “misterios” que rodean a Rapa Nui se han mantenido simplemente porque faltaban datos accesibles y precisos. Con este modelo tridimensional queda claro que el proceso de talla no requiere una explicación sobrenatural ni una organización rígida. En cambio, revela un escenario donde pequeños grupos, trabajando de manera autónoma pero conectados culturalmente, levantaron uno de los conjuntos escultóricos más impresionantes del planeta.
Los moái que hoy miran hacia el interior de la isla son el resultado de una coordinación social basada en costumbre, habilidad compartida y memoria colectiva. Cada figura cuenta la historia de múltiples manos trabajando en paralelo, uniendo técnica y tradición para dejar una huella que todavía fascina al mundo.
Fuentes, créditos y referencias:
Lipo, C. P., Hunt, T. L., Pakarati, G., Pingel, T., Simmons, N., Heard, K., Shipley, L., Keller, C., & Omilanowski, C. (2025). Megalithic statue (moai) production on Rapa Nui (Easter Island, Chile). PLOS One, 20(11), e0336251. doi.org/10.1371/journal.pone.0336251


