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Webb también reveló que, si se detectan nubes en los planetas, se puede llegar a la conclusión de que el planeta se parece más a Venus, que tiene una atmósfera de dióxido de carbono y está perpetuamente envuelto en espesas nubes. Se encuentra relativamente cerca, en la constelación de Octanos, a sólo 41 años-luz de distancia.
Los científicos decidieron observar este planeta con Webb después de que el satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA insinuara su existencia. El espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec) de Webb captó el planeta con facilidad y claridad con sólo dos observaciones de tránsito. El hecho de que también sea un planeta pequeño y rocoso es impresionante para el observatorio.
Mark Clampin, director de la División de Astrofísica de la sede central de la NASA en Washington, declaró: "Estos primeros resultados observacionales de un planeta rocoso del tamaño de la Tierra abren la puerta a muchas posibilidades futuras para el estudio de atmósferas de planetas rocosos con Webb. Webb nos está acercando cada vez más a una nueva comprensión de los mundos similares a la Tierra fuera de nuestro sistema solar, y la misión no ha hecho más que empezar."
Jacob Lustig-Yaeger, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel (Maryland), afirmó: "Aunque el equipo no puede concluir qué hay, sí puede decir qué no lo hay. Hay algunas atmósferas de tipo terrestre que podemos descartar. No puede tener una atmósfera espesa dominada por el metano, similar a la luna Titán de Saturno".
"Hay algunas composiciones atmosféricas que aún hay que descartar, como una atmósfera de dióxido de carbono puro. Contraintuitivamente, una atmósfera 100% de dióxido de carbono es mucho más compacta y resulta muy difícil de detectar. El equipo necesita mediciones aún más precisas para distinguir una atmósfera de dióxido de carbono puro de la ausencia total de atmósfera. Tenemos previsto obtener espectros adicionales con las próximas observaciones de este verano".
La precisa curva de luz de Webb reveló que el planeta orbita alrededor de su estrella en dos días. Aunque LHS 475 b está más cerca de su estrella que cualquier planeta de nuestro sistema solar, su estrella enana roja tiene menos de la mitad de la temperatura del Sol, por lo que los investigadores proyectan que aún podría tener atmósfera.
Kevin Stevenson, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel (Maryland), declaró: "La confirmación de este planeta rocoso pone de manifiesto la precisión de los instrumentos de la misión. Y es sólo el primero de los muchos descubrimientos que hará".
Fuente: NASA