¿Cuáles son los requisitos para obtener la ciudadanía europea?

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La Unión Europea tiene una población de aproximadamente 448 millones de personas, incluidos 41,2 millones de residentes extranjeros, con casi 1 millón de personas que anualmente obtienen la nacionalidad, lo que representa el 2,6 % de la población extranjera, según datos de Eurostat. Sin embargo, el proceso de obtención de la ciudadanía varía de un país a otro, lo que genera distintos retos y requisitos burocráticos.

¿A qué requerimientos administrativos se enfrenta una persona que solicita la nacionalidad por la vía ordinaria y que, por ejemplo, un atleta con potencial para ser miembro de la selección nacional no tiene que afrontar?

En el caso de España, la vía ordinaria hacia la ciudadanía implica un conjunto detallado de requisitos. Por ejemplo, las personas que lo soliciten deben haber residido legalmente en España durante 10 años consecutivos, salvo que cumplan algunas excepciones como estar casado o ser hijo de una persona española, haber nacido en España o tener determinadas nacionalidades.

Además, debe aprobar el examen de conocimientos constitucionales y socioculturales españoles, demostrar un dominio adecuado del español, no tener antecedentes penales y pagar la tasa de solicitud.

Por el contrario, un atleta de élite puede obtener la nacionalidad por vía de carta de naturaleza. Esta vía no se aplica solo a deportistas, y es ciertamente excepcional. Esta forma de obtener la nacionalidad, como describe el Ministerio de Justicia, “tiene carácter graciable y no se sujeta a las Normas Generales de Procedimiento Administrativo. Será otorgada o no discrecionalmente por el Gobierno mediante Real Decreto, tras valorar la concurrencia de circunstancias excepcionales”.

De Ricky Martin a Vargas Llosa

En el caso de un deportista de élite, la circunstancia excepcional es que puede aportar éxitos y medallas a España, pero pueden valorarse otras circunstancias, como ha sido el caso del cantante Ricky Martin o de los escritores Mario Vargas Llosa o Zoé Valdés, o los descendientes de sefardíes originarios de España. En los últimos años se ha concedido excepcionalmente a nicaragüenses o afganos por la complicada situación política en su país.

El número de concesiones de la nacionalidad por carta de naturaleza es realmente reducido, a razón de menos de 20 personas por año, con menos de un 1 % de las solicitudes presentadas, si excluimos a las personas sefardíes.

Para tener datos del contexto español, su crecimiento en población se debe casi en su totalidad al incremento de personas nacidas en el extranjero, como se puede ver en la siguiente tabla. En España residen 2 334 803 personas que han adquirido la nacionalidad española, de ahí la diferencia entre las personas nacidas en el extranjero y las personas extranjeras residiendo en España.

¿Cuál es la realidad de las nacionalizaciones en Europa? ¿Hay mucha disparidad entre países? Italia ha sido el país que más nuevas ciudadanías ha concedido en los últimos años, seguido de España y Alemania. De estas nuevas ciudadanías, el 87 % fueron concedidas a personas de países no pertenecientes a la UE. Los grupos más grandes de nuevos ciudadanos de la UE fueron marroquíes (112 700), sirios (90 400) y albaneses (50 300). Rumanía tuvo la tasa de naturalización más alta con 26.8 ciudadanías concedidas por cada 100 residentes no nacionales. Por el contrario, los países con las tasas de naturalización más bajas fueron Letonia y Estonia (0.4), Austria y Bulgaria (0.7), y Malta y República Checa (0.8).

En cuanto a las nuevas ciudadanías, la mitad de los que adquirieron una nueva nacionalidad tenían 31 años o menos. La distribución por sexo muestra un ligero predominio de las mujeres (50,6 %, frente a 49,4 % de hombres), especialmente en los grupos de edad superiores a 30 años (54,5 % de mujeres en el grupo de 60-64 años).

Si miramos un poco más en detalle, las adquisiciones de nacionalidad por parte de mujeres superaron a las de hombres en todos los Estados miembros excepto en 8, –Bélgica, Alemania, Irlanda, Italia, Lituania, Hungría, Rumanía y Eslovaquia–. La mayor proporción de adquisiciones de nacionalidad por parte de mujeres se registró en Croacia (59,8 %), mientras que el país con la mayor proporción de adquisiciones por parte de hombres fue Rumanía (54,2 %).

La distribución por edades varía de un Estado miembro a otro debido a las diferencias en la legislación sobre ciudadanía y la estructura por edades de la población extranjera. Sin embargo, la característica común que une a todos los Estados miembros es que la mayoría de las nuevas ciudadanías son adquiridas por personas jóvenes y que el número disminuye con la edad.

De hecho, el 39 % de las personas a las que se concedió la ciudadanía eran menores de 25 años; otro 41 % tenía entre 25 y 44 años, mientras que los mayores de 45 años representaban el 20 %.

La edad mediana –es decir, la edad que divide a una población en dos grupos numéricamente equivalentes– de las personas que adquirieron la nacionalidad en el conjunto de la UE fue de 31 años. El Estado miembro con la media de edad más baja fue Grecia, con la mitad de sus nuevos ciudadanos menores de 21 años, y la media de edad más alta corresponde a Chipre, con 42 años.

Podemos concluir que el acceso a la ciudadanía en la UE presenta ciertas similitudes, pero también una gran diversidad entre estados, incluidas las distintas formas para adquirir la nacionalidad dentro de cada país.

The Conversation

Alberto Ares Mateos no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.


Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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