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Se han encontrado numerosos huevos de dinosaurio en Shiyan, China, pero hasta ahora se desconocía su antigüedad. Crédito: Dr. Bi Zhao. |
Durante el Cretácico, la Tierra era un planeta en crisis. Erupciones volcánicas, océanos que perdían oxígeno y extinciones masivas transformaban el mundo en un escenario de cambios extremos. Sin embargo, algunos rastros de vida sobrevivieron al paso de millones de años y hoy sirven como cápsulas del tiempo para entender cómo era el clima en esa época.
Un equipo de investigadores en China acaba de analizar un hallazgo extraordinario: huevos de dinosaurio en el yacimiento de Qinglongshan, en la cuenca de Yunyang, centro del país. Por primera vez, se ha logrado fechar huevos de dinosaurio utilizando el método de datación uranio-plomo (U-Pb) en carbonatos. Los resultados fueron publicados en Frontiers in Earth Science y ofrecen la cronología más precisa que se tiene de este sitio.
“Determinamos que estos huevos fueron depositados hace unos 85 millones de años, durante el Cretácico Tardío”, explica la doctora Bi Zhao, investigadora del Instituto de Geociencias de Hubei. “Hemos resuelto una incertidumbre de décadas sobre su antigüedad”.
Qinglongshan es el primer parque nacional de fósiles de huevos de dinosaurio en China, con más de 3.000 ejemplares distribuidos en tres sitios. La mayoría permanece en su posición original, incrustada en rocas como brechas y areniscas finas, y sorprendentemente bien conservada. La mayor parte de los fósiles corresponde a la especie Placoolithus tumiaolingensis, de la familia Dendroolithidae, conocida por sus cáscaras altamente porosas.
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Puesta de huevos muestreada para estudios cronológicos. Crédito: Dr. Bi Zhao. |
Para datar los huevos, los científicos usaron un micro-láser para vaporizar fragmentos de cáscara y convertir los minerales en aerosol. Un espectrómetro de masas luego contó átomos de uranio y plomo. Como el uranio se convierte en plomo a una tasa constante, los investigadores pudieron usarlo como un “reloj atómico” para calcular la edad. Los resultados confirmaron que los huevos fueron depositados alrededor de 85 millones de años atrás, con un margen de error de apenas 1,7 millones de años.
Hasta ahora, la datación de huevos de dinosaurio dependía de métodos indirectos, como fechar rocas volcánicas cercanas o capas de ceniza, lo que podía llevar a estimaciones imprecisas. Este avance marca un cambio radical: ahora es posible fechar directamente los huevos sin depender del entorno geológico.
Pero el estudio no solo arroja luz sobre la cronología. También revela pistas sobre el entorno en que vivieron estos dinosaurios. Para ese entonces, la Tierra ya se estaba enfriando desde la época Turoniana, y este descenso de temperatura pudo haber reducido la diversidad de dinosaurios y afectado la frecuencia de puesta de huevos en Qinglongshan. Las cáscaras porosas de los Dendroolithidae podrían ser un ejemplo de adaptación evolutiva a ese clima cambiante.
“Placoolithus tumiaolingensis podría representar una rama evolutiva que no logró adaptarse al enfriamiento global”, sugiere Zhao.
Aunque el estudio se basó en un número limitado de muestras, todos los análisis fueron consistentes y coinciden con la edad de las rocas que rodean los huevos. El equipo planea ampliar la investigación a diferentes capas y sitios cercanos para reconstruir un cronograma regional y rastrear posibles migraciones de estos dinosaurios.
“Cada hallazgo nos permite contar una historia más completa sobre la evolución y extinción de los dinosaurios, y sobre cómo los cambios climáticos moldearon la vida en la Tierra”, concluye Zhao.
Fuentes, créditos y referencias:
Geological Age of the Yunyang Dinosaur Eggs Revealed by in-situ Carbonate U-Pb Dating and Its Scientific Implications, Frontiers in Earth Science (2025). DOI: 10.3389/feart.2025.1638838