Científicos crean el primer antídoto universal contra el veneno de serpiente, y realmente funciona

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Además de prevenir la muerte, el tratamiento redujo significativamente el daño cutáneo y la necrosis causados por el veneno. Crédito Javier Aznar González de Rueda.

Además de prevenir la muerte, el tratamiento redujo significativamente el daño cutáneo y la necrosis causados por el veneno. Crédito: Javier Aznar González de Rueda.

Durante más de un siglo, la humanidad ha combatido una de las epidemias más silenciosas y mortales del planeta: las mordeduras de serpiente. Un problema que casi nunca aparece en los titulares, pero que cada año mata a entre 100.000 y 150.000 personas y deja a otras tres veces más con discapacidades permanentes, como amputaciones. La mayoría de las víctimas vive en zonas rurales y pobres, lo que explica por qué esta tragedia sigue siendo tan olvidada.

Hasta hoy, nuestra defensa contra el veneno sigue siendo casi artesanal. El método es tan rudimentario que parece sacado del siglo XIX: se extrae veneno de serpientes, se inyecta en caballos, se espera a que desarrollen tolerancia y luego se les extrae sangre para obtener los anticuerpos. De ahí sale el antiveneno. Es un proceso costoso, limitado, con alto riesgo de provocar reacciones inmunológicas graves y que muchas veces llega tarde o en cantidades insuficientes.

Y el problema no acaba ahí. Muchos de los antivenenos actuales logran salvar vidas, pero no salvan tejidos. En demasiados casos, la víctima sobrevive, pero pierde un brazo o una pierna debido a la necrosis que el veneno deja a su paso. Miles de sobrevivientes quedan marcados de por vida.

La mamba negra es una de las serpientes más destacadas de África. Imagen en Creative Commons.

La mamba negra es una de las serpientes más destacadas de África. Imagen en Creative Commons.

Ahora, por fin, la ciencia podría tener una respuesta diferente. Un equipo de investigadores liderado por el profesor Andreas Hougaard Laustsen-Kiel, del DTU Bioengineering, ha desarrollado un antiveneno de amplio espectro capaz de neutralizar los venenos de 17 especies africanas —incluidas cobras, mambas y rinkhals— y, además, evitar el daño tisular.

Hasta ahora se creía que un antiveneno universal era casi imposible. Cada especie de serpiente produce una mezcla distinta de toxinas, a veces con más de cien componentes diferentes. Crear un antídoto capaz de cubrir toda esa diversidad parecía una tarea sin fin. Pero este nuevo estudio rompe con esa idea. Su clave está en una biotecnología avanzada llamada phage display, que permite seleccionar y replicar fragmentos de anticuerpos altamente eficaces —los llamados nanobodies— sin necesidad de usar animales como fábricas de anticuerpos.

La técnica comenzó de forma poco convencional. En lugar de caballos, los científicos inmunizaron una alpaca y una llama con una mezcla de venenos provenientes de 18 de las serpientes más letales del continente africano. Estos animales producen anticuerpos únicos, llamados “de cadena pesada”, cuyos fragmentos, los nanobodies, son extremadamente estables, baratos de fabricar y capaces de actuar con rapidez dentro del cuerpo humano. Su pequeño tamaño les permite infiltrarse en los tejidos y neutralizar el veneno antes de que cause estragos.

Después de obtener la sangre de los animales, los investigadores aplicaron la técnica de phage display, usando virus para presentar miles de variantes de nanobodies y encontrar aquellos que pudieran neutralizar múltiples toxinas. De más de 3.000 clones analizados, más de la mitad logró unirse a toxinas de diferentes especies. Finalmente, el equipo seleccionó ocho nanobodies prometedores para su antiveneno experimental.

El resultado fue impresionante. Primero, en pruebas de laboratorio, los nanobodies protegieron completamente los receptores musculares humanos frente a los neurotoxinas más letales. Luego vino la fase con ratones. El nuevo antiveneno logró neutralizar los venenos de 17 de 18 serpientes, entre ellas la mamba negra y varias especies de cobras escupidoras. Incluso contra la única excepción, la mamba verde oriental (D. angusticeps), consiguió prolongar significativamente la supervivencia de los animales.

En pruebas más realistas —donde el veneno se inyecta antes del antídoto, como ocurre en la vida real— el tratamiento evitó completamente la muerte en seis de once casos y prolongó la vida en los restantes. Los resultados superaron a los de un producto comercial ampliamente usado, Inoserp PAN-AFRICA, que solo ofreció neutralización parcial. El nuevo cóctel de nanobodies demostró un rendimiento superior en todas las pruebas, incluso en la prevención del daño tisular severo.

Todavía no está listo para su uso clínico, pero el avance es prometedor. Los científicos advierten que los nanobodies tienen una vida media corta en el organismo y que algunos venenos pueden “filtrarse” lentamente desde el punto de la mordedura, lo que requerirá dosis repetidas o modificaciones en el diseño del antídoto para prolongar su efecto. Aun así, su potencia y estabilidad ofrecen una esperanza inédita.

Por primera vez, se vislumbra un futuro en el que una sola dosis de un antiveneno universal, económico y estable pueda neutralizar los venenos de decenas de especies distintas. Un futuro donde una mordedura de serpiente deje de ser una sentencia de muerte o de mutilación. El estudio, publicado en Nature, marca un punto de inflexión en la lucha contra una de las tragedias médicas más olvidadas del mundo.

Fuentes, créditos y referencias:

Ahmadi, S., Burlet, N.J., Benard-Valle, M. et al. Nanobody-based recombinant antivenom for cobra, mamba and rinkhals bites. Nature (2025). doi.org/10.1038/s41586-025-09661-0

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