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Los dos robots humanoides de tamaño real realizando su rutina de estiramientos. Crédito: LimX Dynamics |
El robot humanoide Oli, desarrollado por LimX Dynamics, ha vuelto a sorprender al público con una demostración que pone a prueba los límites del movimiento robótico. En un nuevo video publicado por la compañía china, dos unidades de Oli ejecutan una rutina de estiramiento corporal completo con una fluidez que, por momentos, resulta inquietantemente humana.
El clip, de apenas 52 segundos, muestra a ambos robots suspendidos con arneses de seguridad dentro del laboratorio de la empresa, en Shenzhen. Con una altura de 1.65 metros, un peso de 55 kilos y 31 grados de libertad, cada Oli demuestra una coordinación impresionante al realizar una serie de movimientos sincronizados. Se inclinan hacia adelante, flexionan rodillas y caderas, e incluso se elevan ligeramente del suelo en una secuencia que recuerda a un calentamiento físico antes del ejercicio.
La escena no es una simple exhibición: es una prueba de precisión y control. En el laboratorio pueden verse otros prototipos, pero el foco está en los dos Oli que ejecutan una coreografía robótica perfectamente coordinada. Primero balancean el torso de un lado a otro, simulando un estiramiento de hombros; luego, se enderezan con suavidad y flexionan rodillas y tobillos, levantando los talones en un ritmo que resalta la flexibilidad de sus articulaciones.
En la siguiente parte, ambos realizan extensiones de piernas y un ligero balanceo hacia atrás y adelante, sin perder el equilibrio. La rutina culmina con un ejercicio aéreo: los robots elevan las piernas, giran el torso y regresan con precisión milimétrica a su posición inicial. En el plano final, se los ve haciendo un movimiento similar a una apertura de piernas suspendida, mirando directamente a la cámara.
Todo este despliegue está diseñado para demostrar tres capacidades clave de Oli: estabilidad, control articular y dominio del movimiento. Con sensores avanzados —entre ellos dos cámaras de profundidad Intel RealSense, una unidad inercial de seis ejes (IMU) y un sistema modular compatible con Python—, este robot es una plataforma de investigación para inteligencia artificial incorporada (Embodied AI).
Oli no está pensado solo como un espectáculo tecnológico. Su estructura y software lo convierten en una herramienta ideal para entornos donde la precisión y la adaptabilidad son esenciales, como líneas de montaje, centros logísticos o de cumplimiento automatizado.
Lanzado oficialmente en julio de 2025 durante la World Robot Conference en Beijing, el modelo representa la apuesta de LimX Dynamics por acelerar la convergencia entre IA general (AGI) y aplicaciones reales. “Buscamos romper las barreras de la tecnología encarnada y llevar la inteligencia artificial a su máxima generalización en el mundo físico”, afirmó la compañía.
Más allá del espectáculo visual, Oli encarna una transición crucial en la robótica moderna: la de los robots que ya no solo imitan a los humanos, sino que empiezan a aprender, adaptarse y moverse como ellos, desdibujando la frontera entre la máquina y el movimiento orgánico.