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| El laberinto de agua oculta en México que sigue rompiendo récords. Crédito: lavidaes.org |
Pocas maravillas naturales sorprenden tanto como las que se esconden bajo nuestros pies. En la costa de Tulum, México, un enorme mundo subacuático sigue revelando caminos que parecían imposibles de alcanzar. Se trata de Sistema Ox Bel Ha, la cueva inundada más larga del planeta, cuyo mapa acaba de extenderse aún más.
A comienzos de este año, buzos especializados lograron actualizar el registro de la red subterránea y ya se han documentado 524 kilómetros de pasajes bajo el agua. Para tener una idea, esto equivale a viajar desde Ciudad de México hasta Guadalajara… pero completamente sumergido.
El nombre Ox Bel Ha proviene del maya y significa “Tres Caminos de Agua”. El título le queda perfecto: es un laberinto acuático que parece no terminar nunca. Solo el Sistema Mammoth, en Kentucky, con 686 km de extensión, lo supera en longitud total, pero con una gran diferencia: Mammoth es una cueva seca, mientras que Ox Bel Ha está completamente inundada. Explorar un mundo donde cada movimiento depende del oxígeno, la flotabilidad y la visibilidad reducida es otro nivel de complejidad.
Esta red subterránea fue conocida por exploradores occidentales hace relativamente poco, en 1996. Pasaron varios años antes de que los equipos de buceo técnico pudieran empezar a internarse en serio. Desde entonces, cada nuevo tramo descubierto ha sido posible gracias a métodos extremadamente cuidadosos. Los buzos deben extender una línea guía con precisión milimétrica: esa cuerda es su única salida en caso de emergencia, pero también es la forma oficial de medir la longitud real de la cueva.
En estos pasajes abundan cavidades gigantes, túneles colapsados y estructuras llamadas “palacios de hielo”, nombre usado por los buzos para referirse a cámaras donde las formaciones minerales brillan como cristales. También aparecen cenotes —pozos naturales conectados al sistema acuífero— que funcionan como entradas o respiraderos naturales.
Hace unos años, durante una reexploración de rutas antiguas, un equipo logró encontrar unos 10 kilómetros adicionales que no estaban registrados. Esa zona abrió la puerta a nuevas ramificaciones totalmente desconocidas. Los propios buzos describieron la experiencia como un descubrimiento inesperado: “Parecía que éramos los primeros en llegar”.
Desde ese momento, el total cartografiado pasó de 496.8 km a los actuales 524 km, según el Centro Investigador del Sistema Acuífero de Quintana Roo (CINDAQ). Este tipo de descubrimientos también ayuda a entender la topografía subterránea de la región, un entramado de conductos que abastece el agua dulce de buena parte de la península.
En 2018, Ox Bel Ha perdió por poco el título de cueva inundada más larga del mundo, ya que los exploradores encontraron un vínculo entre dos sistemas subterráneos cercanos. Esos pasajes incluso contenían artefactos y restos ceremoniales de la cultura maya. Sin embargo, las nuevas extensiones devolvieron a Ox Bel Ha el primer puesto.
Si futuras expediciones encuentran más conexiones —algo muy probable, según los expertos— este coloso azul podría llegar a convertirse, no solo en la cueva inundada más grande, sino en el sistema de cuevas más largo del mundo, superando incluso a estructuras secas como Mammoth.
Cada misión es un recordatorio de que los ecosistemas subterráneos siguen siendo uno de los territorios menos explorados del planeta. Y aunque la tecnología avanza, el descubrimiento continúa dependiendo del valor, la técnica y la paciencia de quienes se sumergen en esta red interminable de agua y piedra.
