Grietas gigantes en la Tierra están devorando ciudades enteras

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Millones de personas en riesgo a medida que los canales de erosión se extienden por el Congo. Crédito: Google Whisk/lavidaes.org
Millones de personas en riesgo a medida que los canales de erosión se extienden por el Congo. Crédito: Google Whisk/lavidaes.org

En la República Democrática del Congo, un fenómeno silencioso está remodelando ciudades enteras: las fracturas de suelo de rápido crecimiento. Más de 3,2 millones de personas ahora viven junto a estos canales de erosión que se expanden con cada temporada de lluvias, según un estudio publicado en Nature.

Estas grietas urbanas, conocidas como erosion channels, pueden profundizarse y ensancharse, atravesando barrios completos en apenas unos años. El mapeo realizado por Matthias Vanmaercke de la KU Leuven y sus colaboradores congoleños revela un riesgo que crece al mismo ritmo que la expansión urbana.

En 26 ciudades del Congo, los investigadores identificaron 2.922 canales distintos mediante imágenes satelitales recientes combinadas con fotografías aéreas históricas, alcanzando un total de 459 millas de longitud, equivalente a la distancia de Nueva York a Pittsburgh. Solo en Kinshasa, cientos de canales atraviesan distritos densamente poblados, forzando reparaciones de emergencia y desvíos constantes.

El crecimiento de estos canales se alimenta de la propia ciudad. El agua de lluvia que no puede filtrarse sobre techos y pavimentos corre por calles y arrastra el suelo expuesto. La infraestructura, en lugar de guiar el agua, puede convertirse en un motor de erosión. La eliminación de vegetación y el aumento de superficies impermeables como asfalto y concreto aceleran aún más este proceso.

Ejemplos de grandes junglas subterráneas y la destrucción que causan en la República Democrática del Congo. Crédito: Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-09371-7
Ejemplos de grandes junglas subterráneas y la destrucción que causan en la República Democrática del Congo. Crédito: Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-09371-7

Estos canales se diferencian de los sumideros (sinkholes), que colapsan de manera repentina; aquí el riesgo se acumula con los años. Para 2023, unos 2,7 millones de residentes vivían a menos de 100 metros de un canal activo, mientras que otros 500.000 se encuentran en zonas que podrían erosionarse en la próxima década si no se actúa.

Entre 2004 y 2023, se estima que 118.600 personas perdieron sus hogares por la expansión de estas grietas, con una tasa de desplazamiento anual de 12.200 habitantes desde 2020. La mayoría de estos desplazamientos se debe al ensanchamiento lateral de los canales, fenómeno lento pero devastador que afecta a barrios enteros.

Vanmaercke advierte que este riesgo está subestimado y poco estudiado. Con el cambio climático y lluvias más intensas previstas para África tropical, las calles que hoy transportan personas podrían mañana canalizar flujos destructivos.

La prevención resulta más económica que reconstruir después de los colapsos. Estabilizar un solo canal puede superar el millón de dólares, por lo que las medidas tempranas son cruciales: captar el agua antes de que se concentre, instalar cisternas, terrazas, drenajes protegidos y tuberías bajo las calles para evitar que se conviertan en arroyos peligrosos.

Donde los canales ya existen, se requiere una combinación de obras de ingeniería y cobertura vegetal. Plantaciones de raíces profundas junto a gaviones o muros de contención ayudan a mantener el suelo. La planificación urbana debe integrar explícitamente la reducción del riesgo de desastres, ajustando zonificación y construcción a la hidrología local.

El mensaje es claro: la física se encuentra con la planificación urbana. El agua concentrada tiene más fuerza que el suelo puede resistir, pero las ciudades pueden romper este ciclo dispersando y frenando el flujo. Con mapas precisos y decisiones inteligentes, es posible proteger hogares antes de la próxima temporada de lluvias.

Fuentes, créditos y referencias:

Guy Ilombe Mawe et al, Mapping urban gullies in the Democratic Republic of the Congo, Nature (2025). DOI: 10.1038/s41586-025-09371-7

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