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El abismo que separa Asia y África se abre paso a un ritmo de 0,5
milímetros cada año. Crédito: lavidaes.org/IA |
La frontera tectónica que separa África de Asia está mostrando señales de vida que antes pasaban desapercibidas. Un nuevo análisis revela que una parte de la Grieta del Golfo de Suez se está abriendo con una lentitud casi absurda, pero real: hasta 0,55 milímetros por año. Un ritmo que, aunque diminuto, es suficiente para confirmar que esta fractura en la corteza aún sigue activa. El hallazgo aparece detallado en la revista Geophysical Research Letters.
El fenómeno ocurre en la estrecha franja marina que separa a Egipto continental de la península del Sinaí, justo en el punto donde África y Asia se rozan desde hace millones de años. Este corredor geológico representa la porción final de la Grieta del Mar Rojo, una descomposición tectónica que inició hace unos 25 millones de años entre las placas Arábiga y Africana.
Durante décadas se asumió que la grieta del Golfo de Suez había quedado "abortada", sin actividad relevante. Sin embargo, un nuevo enfoque permitió a los geólogos dar un giro a esa idea. Al analizar la forma actual de la grieta y la posición elevada de antiguos arrecifes de coral que alguna vez estuvieron bajo el nivel del mar, concluyeron que la corteza en esta región todavía experimenta un proceso de extensión.
Los autores plantean que las grietas no son simples mecanismos que funcionan o se detienen para siempre. Pueden alternar entre momentos de calma y pequeños despertares, comportándose más como un sistema que “parpadea” en lugar de apagarse. En palabras de los investigadores, “Al continuar experimentando extensión, la falla de Suez no se ajusta a su clasificación de falla fallida, posiblemente debido a su proximidad a un límite de placa activo. Estos hallazgos resaltan la necesidad de reevaluar las fallas supuestamente inactivas a nivel mundial, poniendo a prueba si la desaceleración sin falla es una vía evolutiva común en las fallas intracontinentales.”.
Nada de esto significa que África y Asia vayan a separarse de manera dramática en un futuro cercano. La tectónica es un rompecabezas de fallas enlazadas, desplazamientos minúsculos y tiempos que se miden en millones de años. Aun así, el Golfo de Suez no es el único punto de la región donde la corteza está preparando cambios a muy largo plazo.
Hacia el sur, el Sistema de grieta de África Oriental avanza con un proceso mucho más claro y vigoroso. Este gigantesco sistema atraviesa países como Etiopía, Kenia, Uganda, Tanzania, Ruanda, Burundi, la República Democrática del Congo, Malawi, Zambia y Mozambique. Allí, las señales son consistentes: la placa Somalí está separándose poco a poco de la placa Nubiana, lo que podría permitir que un nuevo mar inunde la región en un futuro remoto.
Ese escenario implicaría que el este del continente africano se desprenda gradualmente del resto del territorio. Suena dramático, pero no ocurrirá durante nuestra existencia ni la de muchas generaciones futuras. Lo interesante es que tanto el grieta de Suez como el de África Oriental demuestran que nuestro planeta no es la roca inmóvil que aparenta. La superficie terrestre, aunque parezca eterna, está en una transformación lenta y continua que solo puede apreciarse si se observa la historia geológica con suficiente paciencia.
Fuentes, créditos y referencias:
David Fernández‐Blanco et al, Is the Suez grieta in Its Post‐grieta Phase?, Geophysical Research Letters (2025). DOI: 10.1029/2025gl117313
