Científicos presencian olas oceánicas como nunca antes – ¡35 metros de altura!

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Satélites detectan olas gigantescas de 35 metros (115 pies) procedentes de una megatormenta en el Pacífico. Crédito: lavidaes.org
Satélites detectan olas gigantescas de 35 metros (115 pies) procedentes de una megatormenta en el Pacífico. Crédito: lavidaes.org

En diciembre de 2024, una tormenta colosal en el Pacífico generó olas oceánicas de magnitud sin precedentes, captadas por satélites que documentaron su enorme escala. Estas olas no solo hicieron historia científica, sino que también alimentaron dos eventos de surf legendarios: el Eddie Aikau Big Wave Invitational en Waimea Bay, Hawái, y olas récord en Maverick’s, California.

Investigadores de la Agencia Espacial Europea (ESA) han publicado datos completos del satélite Surface Water and Ocean Topography (SWOT). Su análisis revela que el 21 de diciembre de 2024, las olas alcanzaron alturas promedio de 19,7 metros (65 pies) y que algunas olas individuales superaron probablemente los 35 metros (115 pies), marcando un hito en la observación oceánica desde el espacio.

Durante la reciente tormenta Eddie, los satélites registraron olas oceánicas con una altura promedio de casi 20 metros, tan altas como el Arco del Triunfo de París y las más grandes jamás medidas desde el espacio. Además, los datos satelitales ahora revelan que el oleaje actúa como «mensajero» de las tormentas: aunque una tormenta nunca toque tierra, su oleaje puede viajar grandes distancias y llevar energía destructiva a costas lejanas. Los modelos también muestran que las olas más altas de los últimos 34 años se produjeron en enero de 2014, cuando la tormenta atlántica Hércules generó olas de 23 metros que causaron graves daños desde Marruecos hasta Irlanda. Crédito: Agencia Espacial Europea
Durante la reciente tormenta Eddie, los satélites registraron olas oceánicas con una altura promedio de casi 20 metros, tan altas como el Arco del Triunfo de París y las más grandes jamás medidas desde el espacio. Además, los datos satelitales ahora revelan que el oleaje actúa como «mensajero» de las tormentas: aunque una tormenta nunca toque tierra, su oleaje puede viajar grandes distancias y llevar energía destructiva a costas lejanas. Los modelos también muestran que las olas más altas de los últimos 34 años se produjeron en enero de 2014, cuando la tormenta atlántica Hércules generó olas de 23 metros que causaron graves daños desde Marruecos hasta Irlanda. Crédito: Agencia Espacial Europea

Los datos también muestran cómo las olas actúan como mensajeras de tormentas lejanas. Incluso cuando la tormenta permanece lejos de la costa, la energía que genera puede recorrer miles de kilómetros, transportando fuerza destructiva a costas distantes.

El equipo liderado por Fabrice Ardhuin, del Laboratorio de Oceanografía Física y Espacial en Francia, identificó la tormenta como Storm Eddie, la mayor en términos de altura promedio de ola de la última década. Sus efectos se extendieron a lo largo de 24,000 km de océano, desde el Pacífico Norte hasta el Atlántico tropical, entre el 21 de diciembre de 2024 y el 6 de enero de 2025.

Altura de las olas de la tormenta Hércules. Crédito: ESA/Planetary Visions
Altura de las olas de la tormenta Hércules. Crédito: ESA/Planetary Visions

El estudio combinó los datos del satélite SWOT con registros históricos de más de tres décadas, integrando información de satélites como SARAL, Jason-3, Copernicus Sentinel-3A y 3B, Sentinel-6 Michael Freilich, CryoSat y CFOSAT. Esto permitió confirmar que las olas de tormentas extremas concentran mayor energía de la que se pensaba, concentrando fuerza en pocas olas dominantes, similares a golpes precisos de un boxeador en lugar de dispersarla en muchas olas menores.

Históricamente, la ola más alta registrada en los últimos 34 años ocurrió en enero de 2014 durante la Tormenta Hércules en el Atlántico, con olas de 23 metros que afectaron desde Marruecos hasta Irlanda. La investigación actual permitirá ahora evaluar mejor el impacto de cambios climáticos sobre la intensidad de tormentas, aunque el comportamiento de las olas también depende de factores locales como las condiciones del fondo marino.

El conocimiento de estas olas gigantes es crucial para proteger comunidades costeras e infraestructuras marinas, especialmente en un contexto de patrones climáticos globales cada vez más cambiantes.

Fuentes, créditos y referencias:

Fabrice Ardhuin et al, Sizing the largest ocean waves using the SWOT mission, Proceedings of the National Academy of Sciences (2025). DOI: 10.1073/pnas.2513381122

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