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| La sonda china Chang'e-6 alunizó en la cara oculta de la Luna en junio del año pasado. Crédito: Administración Espacial Nacional de China/Xinhua vía AP |
Un reciente análisis del suelo lunar traído por la misión Chang’e-6 de China ha sorprendido a los científicos: encontraron diminutos granos de óxido de hierro en la Luna. Hasta ahora, se pensaba que el satélite carecía de oxígeno suficiente para que el hierro se oxidara, por lo que este hallazgo cuestiona viejas teorías sobre la química de la superficie lunar y podría explicar anomalías magnéticas detectadas en varias regiones.
El estudio, publicado en la revista Science Advances, fue liderado por investigadores de la Universidad de Shandong con apoyo del Instituto de Geoquímica de la Academia China de Ciencias y la Universidad de Yunnan. Identificaron cristales de hematita y maghemita a escala micrométrica, ambos tipos de óxidos de hierro, en las muestras traídas por la misión, lo que sugiere que procesos desconocidos han estado moldeando la Luna durante miles de millones de años.
Durante décadas, se creyó que el hierro no podía oxidarse en la Luna y que los óxidos eran prácticamente inexistentes en su superficie. Incluso los materiales ferricos detectados por las misiones Apolo, como magnetita y hidróxidos de hierro, fueron descartados como contaminación tras el regreso a la Tierra. Un estudio de 1971 reforzó esta idea, dando por sentado que la Luna era un ambiente seco y altamente reductor, sin vías naturales para que el hierro se oxidara.
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| Representación gráfica del escenario de formación de óxidos férricos en la muestra lunar Chang'e-6. Crédito: IGCAS |
Sin embargo, en los últimos años, esta visión ha empezado a cambiar. Datos de sensores remotos y análisis de muestras lunares indicaron que la oxidación del hierro podría ser más común de lo que se pensaba. Desde 2020, observaciones del Moon Mineralogy Mapper mostraron hematita generalizada en latitudes altas. En 2022, un análisis microscópico avanzado de muestras de Chang’e-5 reveló magnetita en nanofase, confirmando que la oxidación puede ocurrir en la superficie lunar.
El estudio de las muestras de Chang’e-6, devueltas en junio del año pasado, permitió identificar por primera vez granos de hematita a escala micrométrica, demostrando que estos óxidos de hierro son parte intrínseca de la geología lunar. Los investigadores examinaron diferentes posibles mecanismos de formación y concluyeron que estos minerales aparecen principalmente en brechas de suelo lunar —rocas formadas por fragmentos fusionados bajo el calor y presión de impactos de meteoritos—, mientras que no se detectaron en fragmentos intactos de roca volcánica antigua.
Los científicos sugieren que los granos de hematita se produjeron por enormes eventos de impacto, como los que formaron la cuenca Polo Sur–Aitken y el cráter Apolo en la cara oculta de la Luna. La cuenca Polo Sur–Aitken, donde aterrizó Chang’e-6, es una de las mayores y más antiguas del sistema solar; ha experimentado múltiples colisiones importantes y se ha mantenido libre de lava volcánica reciente, convirtiéndola en un lugar ideal para conservar minerales generados por impactos antiguos.
Fuentes, créditos y referencias:
Yiheng Liu et al, Discovery of crystalline Fe2O3 in returned lunar soils, Science Advances (2025). DOI: 10.1126/sciadv.ady5169. www.science.org/doi/10.1126/sciadv.ady5169

