El misterioso fenómeno de la "pareidolia" resulta tener un sesgo sorprendente

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El misterioso fenómeno de la "pareidolia" resulta tener un sesgo sorprendente
Ver caras en objetos cotidianos es una experiencia común, pero una investigación de la Universidad de Queensland ha descubierto que las personas son más propensas a ver rostros masculinos cuando ven una imagen en el tronco de un árbol o en una tostada quemada durante el desayuno.

A pesar de nuestra fluidez en la lectura de rostros humanos, a veces percibimos erróneamente rostros ilusorios en objetos, un fenómeno conocido como pareidolia facial. En una nueva serie de experimentos, investigadores del Laboratorio de Cerebro y Cognición del Instituto Nacional de Salud Mental y de la Facultad de Psicología de la Universidad de Queensland han comprobado que las caras ilusorias en objetos inanimados se perciben fácilmente con una expresión emocional, una edad y un sexo concretos; lo más sorprendente es que los autores han observado un fuerte sesgo a percibir las caras ilusorias como masculinas en lugar de femeninas, en una proporción de 4:1.

La pareidolia facial es la percepción espontánea de rasgos faciales ilusorios en objetos inanimados, y puede considerarse un error natural de nuestro sistema de detección de rostros.

Recientemente, se ha demostrado que los primates no humanos también experimentan pareidolia facial, y que las caras ilusorias activan mecanismos neuronales similares a los de las caras reales en el cerebro humano.

Sin embargo, no está claro hasta qué punto la percepción social de alto nivel más allá de la detección de una cara se produce en la pareidolia.

La investigación de la evaluación de las caras ilusorias tiene el potencial de revelar nuevos conocimientos sobre los mecanismos subyacentes de la percepción de las caras.

Una característica clave de la pareidolia facial es que implica la percepción espontánea de una cara en un objeto inanimado y, en consecuencia, es un ejemplo de percepción facial que está divorciada de muchas características que suelen acompañar a las caras de los organismos vivos, como el movimiento de los músculos faciales (por ejemplo, para formar expresiones emocionales), la edad cronológica y el sexo biológico.

"La pareidolia facial, la ilusión de ver una estructura facial en un objeto cotidiano, nos dice mucho sobre cómo nuestros cerebros detectan y reconocen las señales sociales", afirma la Dra. Jessica Taubert, investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Queensland.

"El objetivo de nuestro estudio era comprender si los ejemplos de pareidolia facial llevan el tipo de señales sociales que los rostros transmiten normalmente, como la expresión y el sexo biológico".

"Nuestros resultados mostraron un sesgo sorprendente en la percepción del género, con muchas más caras ilusorias percibidas como masculinas que femeninas".

"Como los rostros ilusorios no tienen un sexo biológico, este sesgo es significativo al revelar una asimetría en nuestro sistema de evaluación de rostros cuando se les da una información mínima."

"Los resultados demuestran que las características visuales requeridas para la detección de rostros no son generalmente suficientes para la percepción de rostros femeninos".

Imagen compuesta: Dra. Jessica Taubert
Ocho imágenes de caras ilusorias del conjunto total de 256 imágenes que ilustran imágenes de diferentes categorías de género, edad y emoción. Crédito de la imagen: Wardle et al., doi: 10.1073/pnas.2117413119.


Un total de 3.815 adultos (edad media - 39,6 años) participaron en los experimentos a través de la plataforma de crowdsourcing online Amazon Mechanical Turk.

A los participantes se les mostraron numerosos ejemplos de pareidolia facial y de objetos inanimados sin estructura facial y se les pidió que indicaran si cada ejemplo tenía una expresión emocional distinta, la edad y el sexo biológico, o no.

"Sabemos que cuando vemos rostros en los objetos, esta ilusión es procesada por partes del cerebro humano que se dedican a procesar rostros reales, por lo que, en teoría, la pareidolia facial 'engaña al cerebro'", dijo el Dr. Taubert.

"Los participantes podían reconocer las expresiones emocionales que transmitían estos peculiares objetos y atribuirles una edad y un sexo concretos".

"Ahora tenemos pruebas de que estos estímulos ilusorios son procesados por el cerebro por áreas implicadas en la percepción social y la cognición, por lo que podemos utilizar la pareidolia facial para identificar esas áreas específicas".

"Podemos comparar cómo nuestros cerebros reconocen la emoción, la edad y el sexo biológico, con el rendimiento de los ordenadores entrenados para reconocer estas señales".

"Además, podemos utilizar estos interesantes estímulos para comprobar si existen patrones de comportamiento anormales".

Fuentes, créditos y referencias:

Susan G. Wardle et al. 2022. Illusory faces are more likely to be perceived as male than female. PNAS 119 (5): e2117413119; doi: 10.1073/pnas.2117413119

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