¿Un dron capaz de hundir submarinos? China dice que sí

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Un modelo a escala real de un UAV chino Wing Loong-X se exhibe el 17 de noviembre, día de la inauguración del Salón Aeronáutico de Dubái 2025. Crédito: AFP
Un modelo a escala real de un UAV chino Wing Loong-X se exhibe el 17 de noviembre, día de la inauguración del Salón Aeronáutico de Dubái 2025. Crédito: AFP

China acaba de mostrar al mundo una de sus apuestas tecnológicas más ambiciosas: el Wing Loong X, un dron tan grande como un pequeño jet privado y que, según sus creadores, es el primer vehículo aéreo no tripulado capaz de realizar todas las tareas de la guerra antisubmarina sin intervención humana.

Este tipo de misiones, conocidas como ASW (por sus siglas en inglés, Anti-Submarine Warfare), son consideradas las más complejas dentro de las operaciones marítimas. Implican localizar submarinos que dependen casi por completo del sigilo. Para que cualquiera lo entienda: es como intentar encontrar un objeto silencioso, camuflado y en movimiento en un océano inmenso.

El Wing Loong X fue presentado oficialmente en el Dubai Airshow 2025. Tiene una envergadura superior a los 20 metros y puede mantenerse en el aire durante 40 horas continuas, volando a unos 10.000 metros de altura. Esa capacidad le permite quedarse vigilando un punto estratégico durante casi dos días seguidos, algo imposible para aviones tripulados debido al cansancio de la tripulación y al enorme costo operativo.

Una de sus funciones más llamativas es la capacidad de lanzar sonoboyas, unos sensores flotantes que se despliegan en el agua para “escuchar” lo que ocurre bajo la superficie. Estos dispositivos detectan sonidos característicos de los submarinos. Normalmente son los aviones tripulados quienes se encargan de distribuir y procesar esa información.

La diferencia con el Wing Loong X es que puede analizar esos datos por sí mismo gracias a sistemas de IA. La inteligencia artificial clasifica los sonidos, identifica patrones y determina si hay un submarino enemigo. Según reportes, incluso es capaz de portar torpedos ligeros y atacar un objetivo sin ayuda externa.


Si estas capacidades funcionan tal como China asegura, el dron podría detectar, seguir y destruir submarinos de forma autónoma. Esto representaría un cambio importante en la estrategia militar del país, especialmente en zonas sensibles como el mar de la China Meridional.

Aquí aparece un punto clave: los submarinos basan toda su efectividad en permanecer invisibles. Si China lanzara entre 20 y 50 drones de este tipo al mismo tiempo, cada uno patrullando durante 40 horas, la capacidad de ocultarse para submarinos de Estados Unidos o sus aliados se vería seriamente comprometida.

Además, este tipo de dron implica un ahorro significativo respecto a los aviones antisubmarinos tradicionales. Estos últimos suelen costar más de 220 millones de dólares, requieren entre 10 y 12 personas entrenadas y demandan mantenimiento constante. El Wing Loong X, en cambio, es mucho más barato, puede fabricarse en serie y, si se pierde, es considerado prácticamente desechable.

Sin embargo, no todos están convencidos. Usar IA para decidir si un sonido corresponde a un submarino —y potencialmente disparar un torpedo— es extremadamente polémico. La guerra antisubmarina suele producir falsos positivos frecuentes, especialmente con ballenas, barcos mercantes u otros ruidos marítimos. Por eso, muchos expertos señalan que este proceso requiere de operadores humanos con experiencia.

Para que un dron haga esto de forma autónoma necesita combinar múltiples fuentes de información: radar, sonar, infrarrojo (IR) y señales electrónicas. Además debe distinguir objetivos reales de ecos falsos y anticipar el comportamiento de un submarino, algo que históricamente ha sido más un “arte” que una ciencia exacta.

China afirma haber resuelto parte de esos desafíos, aunque también es bien sabido que el país suele exhibir tecnología conceptual antes de tenerla totalmente operativa. En muchas ocasiones, estos modelos son más prototipos o maquetas que equipos funcionales.

Aun así, el simple hecho de que China esté avanzando en esta dirección deja claro qué amenazas percibe y cómo planea enfrentarlas en el futuro cercano. Si el Wing Loong X cumple aunque sea la mitad de lo prometido, podríamos estar frente a un giro importante en la vigilancia marítima global.

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