Comer estas frutas comunes podría aumentar los pesticidas tóxicos en tu cuerpo

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Comer estas frutas populares podría aumentar los niveles de pesticidas en el cuerpo. Créditos: lavides.org
Comer estas frutas populares podría aumentar los niveles de pesticidas en el cuerpo. Créditos: lavides.org

Un nuevo análisis científico revisado por pares está dando de qué hablar, y con razón. Investigadores del Environmental Working Group (EWG) confirmaron que ciertos tipos de frutas y verduras pueden elevar de forma notable la cantidad de pesticidas detectados en el cuerpo humano. Aunque estos alimentos siguen siendo indispensables para una dieta saludable, los resultados plantean un panorama importante sobre lo que realmente estamos consumiendo.

Los pesticidas —sustancias químicas usadas para eliminar plagas agrícolas— han sido vinculados con cáncer, daños reproductivos, alteraciones hormonales y problemas en el sistema nervioso, especialmente en niños. Cuando hablamos de neurotoxicidad, nos referimos a sustancias capaces de afectar el cerebro y el sistema nervioso de manera directa. Y lo preocupante es que estas sustancias aparecen con frecuencia en productos frescos que la mayoría cree totalmente seguros.

La autora principal del estudio, Alexis Temkin, Ph.D., fue clara en su mensaje: lo que comemos influye de forma directa en la cantidad de pesticidas que acumulamos. Las personas que consumieron más fresas, espinaca, pimientos y otras verduras conocidas por tener residuos elevados mostraron niveles mucho más altos de pesticidas en la orina. Por el contrario, quienes eligen productos con residuos bajos presentaron cantidades considerablemente menores.

Los investigadores analizaron datos del Departamento de Agricultura de EE.UU. sobre residuos en frutas y verduras entre 2013 y 2018, y los combinaron con cuestionarios alimentarios y muestras de orina de 1,837 participantes del programa NHANES. Este programa realiza biomonitoreo, es decir, mediciones de sustancias químicas en el cuerpo humano para evaluar la exposición real de la población.

Con esa información, desarrollaron un “puntaje de exposición dietética a pesticidas”, que refleja qué tan expuesta está una persona según los alimentos que consume y el nivel de pesticidas presentes en ellos. Luego compararon ese puntaje con 15 biomarcadores de pesticidas en la orina, pertenecientes a tres grandes grupos: organofosforados, piretroides y neonicotinoides. Para quienes no estén familiarizados, estos nombres representan clases de pesticidas comunes en la agricultura moderna, cada uno con mecanismos tóxicos distintos.

Los resultados fueron contundentes: existe una relación directa entre los alimentos consumidos y los pesticidas encontrados en el organismo. En total, las frutas y verduras analizadas contenían residuos de 178 pesticidas diferentes, aunque en la orina solo se detectaron biomarcadores de 42 de ellos.

Un nuevo estudio revisado por pares revela que ciertas frutas y verduras pueden elevar los niveles medibles de pesticidas en el cuerpo humano. Al vincular los datos nacionales de biomonitoreo con las pruebas de residuos de productos agrícolas, los investigadores descubrieron patrones claros entre lo que las personas comen y los pesticidas detectados en sus sistemas. Créditos: lavides.org
Un nuevo estudio revisado por pares revela que ciertas frutas y verduras pueden elevar los niveles medibles de pesticidas en el cuerpo humano. Al vincular los datos nacionales de biomonitoreo con las pruebas de residuos de productos agrícolas, los investigadores descubrieron patrones claros entre lo que las personas comen y los pesticidas detectados en sus sistemas. Créditos: lavides.org

Un dato curioso es que las papas complicaron parte del análisis. Las personas consumen papas de muchas maneras —fritas, hervidas, procesadas— lo que distorsiona la capacidad de calcular la exposición exacta. Al excluirlas, la relación entre dieta y niveles de pesticidas se volvió aún más clara.

Entre los alimentos con mayores niveles de pesticidas destacan espinaca, fresas, kale, uvas, manzanas, duraznos, peras, cerezas, nectarinas, arándanos y papas. En el otro extremo, los de menores residuos incluyen piña, maíz dulce, aguacate, papaya, cebolla, repollo, sandía, plátano, mango, zanahoria y kiwi.

El estudio plantea además una preocupación regulatoria: la EPA solo establece límites para pesticidas individuales, sin considerar que las personas están expuestas a varios químicos al mismo tiempo. Y aunque se sabe desde hace años que exposiciones bajas pero constantes pueden ser dañinas, la regulación sigue sin adaptarse a esta realidad.

Aun así, los científicos no recomiendan eliminar frutas y verduras. De hecho, enfatizan que seguir consumiendo vegetales y frutas es vital para la salud. Pero señalan que cambiar temporalmente a versiones orgánicas —donde ciertos pesticidas están prohibidos— puede reducir los biomarcadores en cuestión de días.

El EWG sugiere que, si el presupuesto lo permite, se prioricen alimentos orgánicos especialmente en los que aparecen en su lista “Dirty Dozen”, mientras que los de la lista “Clean Fifteen” representan alternativas con menor exposición potencial.

Todo este trabajo fue posible gracias a datos federales extensos. Los autores destacan que solo instituciones públicas cuentan con la capacidad de generar información de esta magnitud, crucial para proteger a los consumidores, especialmente a niños y personas embarazadas.


Fuentes, créditos y referencias:

A cumulative dietary pesticide exposure score based on produce consumption is associated with urinary pesticide biomarkers in a U.S. biomonitoring cohort, International Journal of Hygiene and Environmental Health (2025). DOI: 10.1016/j.ijheh.2025.114654

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