Tardígrados: Los diminutos titanes de la supervivencia

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Un tardígrado (Paramacrobiotus craterlaki) en musgo. Fotografía: Ojo de la Ciencia/Science Photo Library
Un tardígrado (Paramacrobiotus craterlaki) en musgo. Fotografía: Ojo de la Ciencia/Science Photo Library

Los tardígrados son criaturas asombrosas que pueden vivir en casi cualquier parte y sobrevivir a casi todo. Son animales microscópicos con ocho patas, una cabeza bien desarrollada y un cuerpo corto. Existen desde hace al menos 500 millones de años y han evolucionado hasta convertirse en más de 1.000 especies que habitan en diversos entornos, desde el musgo húmedo hasta las profundidades marinas.

Los tardígrados también son conocidos como osos de agua o cerditos de musgo, debido a su aspecto y hábitos. Se alimentan de células vegetales, algas, bacterias o incluso de otros tardígrados, utilizando sus afiladas piezas bucales para perforar y succionar el contenido. Se reproducen sexual o asexualmente y ponen huevos que eclosionan en versiones en miniatura de ellos mismos.

Una proteína que sólo se encuentra en los tardígrados proporciona al ADN celular una forma única de protección. (Crédito de la imagen: Shutterstock)
Una proteína que sólo se encuentra en los tardígrados proporciona al ADN celular una forma única de protección. (Crédito de la imagen: Shutterstock)

Pero lo que hace realmente extraordinarios a los tardígrados es su capacidad para entrar en un estado de animación suspendida llamado criptobiosis, en el que se secan y se enroscan en una bola sin vida llamada tun¹. En este estado, su metabolismo se ralentiza hasta casi paralizarse y pueden soportar condiciones extremas que matarían a la mayoría de los seres vivos. Algunas de las condiciones en las que los tardígrados pueden sobrevivir como túneles son:


Los tardígrados pueden revivir de la criptobiosis rehidratándose cuando las condiciones vuelven a ser favorables. Reanudan sus actividades normales como si nada hubiera ocurrido. Los científicos aún están tratando de entender cómo los tardígrados logran esta proeza de supervivencia, y qué implicaciones tiene para el origen y la evolución de la vida en la Tierra y más allá.

Los tardígrados son ejemplos fascinantes de la resistencia y diversidad de la naturaleza. También son simpáticos y entrañables a su manera. Nos recuerdan que la vida puede prosperar en los lugares y circunstancias más inesperados y que aún queda mucho por aprender sobre los secretos del mundo natural.

Invencibles Microanimales con debilidades sorprendentes



Los tardígrados son básicamente indestructibles, pero los científicos han descubierto su punto débil. (Steve Gschmeissner/Science Photo Library)
Los tardígrados son básicamente indestructibles, pero los científicos han descubierto su punto débil. (Steve Gschmeissner/Science Photo Library)

Un equipo de investigadores de la Universidad de Copenhague realizó un experimento para comprobar la tolerancia al calor de una especie de tardígrado de agua dulce llamada Ramazzottius varieornatus. Expusieron a tardígrados activos y desecados a temperaturas de entre 37,8 C (99 F) y 40 C (104 F) durante distintos periodos, desde una hora hasta 48 horas. También probaron el efecto de la aclimatación gradual a temperaturas más altas en la supervivencia de los tardígrados.

Los resultados mostraron que los tardígrados activos eran muy sensibles al estrés térmico. Tras 48 horas a 40ºC (104ºF), todos morían. Incluso a 37 C (98,6 F), cerca del 46% de ellos murieron en 48 horas. La aclimatación no pareció ayudar mucho, ya que sólo se observó un ligero aumento de la supervivencia.

A) Una imagen de un tardígrado en su estado activo, y B) una imagen en su estado criptobiótico. Durante la desecación, un tardígrado en estado activo contrae su cuerpo longitudinalmente y retira sus patas para entrar en criptobiosis. Crédito: Neves et al., 2020
A) Una imagen de un tardígrado en su estado activo, y B) una imagen en su estado criptobiótico. Durante la desecación, un tardígrado en estado activo contrae su cuerpo longitudinalmente y retira sus patas para entrar en criptobiosis. Crédito: Neves et al., 2020

A los tardígrados desecados les fue mejor que a los activos, pero seguían teniendo un límite. A 181 F (83 C), la mitad de ellos murieron tras una hora de exposición. Sin embargo, cuando el tiempo de exposición aumentó a 24 horas, la temperatura letal descendió a 63 C (145 F). Esto sugiere que algunas de las proteínas que protegen las células de los tardígrados del daño durante la criptobiosis pueden volverse inestables y desnaturalizarse a altas temperaturas con el paso del tiempo.

Los investigadores concluyeron que los tardígrados no son tan indestructibles como se pensaba y que pueden ser vulnerables a los efectos del cambio climático. También sugirieron que se necesitan más estudios para comprender los mecanismos que subyacen a la tolerancia al calor de los tardígrados y cómo varía entre las distintas especies.

¿Tardígrados en la Luna?


Es una pregunta interesante. En 2019, una nave espacial israelí llamada Beresheet se estrelló en la Luna, llevando a bordo miles de tardígrados deshidratados. Algunas personas se preguntaron si los tardígrados podrían haber sobrevivido al accidente y si podrían suponer una amenaza para el entorno lunar.

Representación del módulo de aterrizaje lunar Beresheet. En la vida real, las cosas no salieron según lo previsto. Crédito: SPACEIL
Representación del módulo de aterrizaje lunar Beresheet. En la vida real, las cosas no salieron según lo previsto. Crédito: SPACEIL

Según algunos expertos, es poco probable que los tardígrados estén vivos en la Luna, porque necesitarían agua para rehidratarse y revivir. Sin embargo, es posible que algunos de ellos sigan en estado latente, esperando una oportunidad para reanimarse. En 2021, un estudio demostró que los tardígrados pueden sobrevivir a impactos de hasta 3.000 km/h, pero no a velocidades superiores. Los investigadores calcularon que el aterrizaje forzoso de Beresheet habría generado presiones de choque mucho mayores, que podrían haber matado a los tardígrados.

Por tanto, las probabilidades de encontrar tardígrados vivos en la Luna son muy bajas, pero no imposibles. Si alguna vez se recuperaran y se trajeran a la Tierra, podrían proporcionar información valiosa sobre los efectos de estar en la Luna durante mucho tiempo. Sin embargo, no supondrían ningún peligro para el ecosistema lunar, ya que allí no hay vida a la que puedan contaminar o dañar. Los tardígrados son criaturas asombrosas, pero no invencibles ni invasoras.

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