Vea También
![]() |
| El sacrificio de faisanes machos de dos especies busca detectar mejor las amenazas de los depredadores. Crédito: lavidaes.org |
Los machos de faisán dorado no escatiman esfuerzo para impresionar a las hembras. Con colas color canela, capuchas rayadas de naranja y negro, y un penacho amarillo en la frente que recuerda curiosamente a ciertos peinados humanos, estos pájaros parecen salidos de un cuento animado. Pero la belleza tiene un costo inesperado.
Un estudio reciente publicado en Biology Letters reveló que las plumas faciales de los machos reducen significativamente su campo visual, la porción del entorno que un animal puede ver sin mover la cabeza. Es la primera evidencia de un ave donde los sexos perciben el mundo de manera distinta.
Los investigadores, liderados por el biólogo Steve Portugal de la Universidad de Oxford, descubrieron esto mientras estudiaban la visión de aves para entender por qué algunas chocan con estructuras humanas como turbinas eólicas. Tras examinar unas 300 especies, solo los faisanes dorados y sus parientes cercanos, los Lady Amherst, mostraron una diferencia notable entre machos y hembras, atribuida a sus capuchas y plumas faciales.
Para medir la visión, los científicos sujetaron a los pájaros con delicadeza y usaron un oftalmoscopio —herramienta que usan los oftalmólogos para examinar el ojo— para analizar cómo la luz reflejada en la retina definía los límites de su campo visual. Los machos presentaron un punto ciego 137% más grande que el de las hembras, especialmente en la parte superior del campo visual, como si miraran con un flequillo demasiado largo.
Este impedimento es relevante porque los faisanes pasan gran parte del tiempo mirando al suelo en busca de lagartijas, insectos y bayas. Las plumas faciales dificultan detectar depredadores como zorros o gatos. A diferencia de las hembras, camufladas y discretas, los machos parecen llevar “confeti y boa de plumas” permanentemente, aumentando su vulnerabilidad.
Sin embargo, este sacrificio tiene un propósito: atraer hembras. Según la ecóloga Anne Peters de Monash University, el riesgo de depredación se compensa si las plumas aumentan las posibilidades de reproducirse. Este fenómeno muestra cómo la selección sexual puede favorecer rasgos extremos que comprometen otras habilidades, como la visión.
Los hallazgos también invitan a pensar en otras especies, como los birds-of-paradise o aves del paraíso, cuyos machos están siempre sobrecargados de plumas y exhibiciones visuales. Portugal señala que estas aves podrían sufrir limitaciones similares en su campo visual mientras se esfuerzan por impresionar, un sacrificio que la naturaleza parece considerar valioso.
Fuentes, créditos y referencias:
Alexandra E. R. Lamond et al, The visual impediment of cranial ornamentation in male Chrysolophuspheasants, Biology Letters (2025). DOI: 10.1098/rsbl.2025.0405

