El cometa 3I/ATLAS sorprende a la ciencia: agua, CO₂ y un viaje desde otra estrella

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Esta es una imagen del telescopio espacial Hubble del cometa interestelar 3I/ATLAS. El Hubble fotografió el cometa el 21 de julio de 2025, cuando este se encontraba a 365 millones de kilómetros de la Tierra. El Hubble muestra que el cometa tiene un capullo de polvo en forma de lágrima que se desprende de su núcleo sólido y helado. Debido a que el Hubble estaba siguiendo el cometa en su trayectoria hiperbólica, las estrellas fijas del fondo aparecen como rayas en la exposición.  Crédito: NASA, ESA, D. Jewitt (UCLA); Procesamiento de imágenes: J. DePasquale (STScI)  Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com

Esta es una imagen del telescopio espacial Hubble del cometa interestelar 3I/ATLAS. El Hubble fotografió el cometa el 21 de julio de 2025, cuando este se encontraba a 365 millones de kilómetros de la Tierra. El Hubble muestra que el cometa tiene un capullo de polvo en forma de lágrima que se desprende de su núcleo sólido y helado. Debido a que el Hubble estaba siguiendo el cometa en su trayectoria hiperbólica, las estrellas fijas del fondo aparecen como rayas en la exposición.Crédito: NASA, ESA, D. Jewitt (UCLA); Procesamiento de imágenes: J. DePasquale (STScI)


3I/ATLAS —también designado C/2025 N1 (ATLAS)— es el tercer objeto interestelar confirmado tras 1I/ʻOumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019). Fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el programa ATLAS en Chile. Sigue una órbita hiperbólica, no está ligado al Sol y no representa peligro para la Tierra. Su perihelio está previsto a finales de octubre de 2025, entre las órbitas de la Tierra y Marte. Hubble ya lo fotografió y, por primera vez, una misión espacial (SPHEREx) ha detectado directamente gases en su coma.

3I/ATLAS es un cometa interestelar: un cuerpo formado en otro sistema estelar que atraviesa el nuestro de paso único. Su naturaleza se confirma por su trayectoria hiperbólica —muy por encima de la excentricidad 1—, lo que indica que no está gravitacionalmente atado al Sol. Es sólo el tercer visitante interestelar observado, una oportunidad rarísima para comparar la “química” de otros sistemas con la de nuestros cometas.

Observaciones de la ESA de 3I/ATLAS el 2 de julio. (Crédito de la imagen: ESA)

Observaciones de la ESA de 3I/ATLAS el 2 de julio. (Crédito de la imagen: ESA)


El objeto fue detectado el 1 de julio de 2025 por la estación ATLAS de Río Hurtado, Chile. Pocos días después, la Unión Astronómica Internacional le otorgó la designación C/2025 N1 (ATLAS) y, tras refinar su órbita, se confirmó como 3I/ATLAS (el “3I” indica “tercer interestelar”). Hubble lo observó el 21 de julio de 2025, capturando la imagen más nítida hasta la fecha de su coma difusa.

3I/ATLAS alcanzará su perihelio entre el 29 y 30 de octubre de 2025, a una distancia de entre 1.36 y 1.4 unidades astronómicas del Sol —entre las órbitas de la Tierra y Marte—, viajando a unos 68 km/s. Sus acercamientos más relevantes serán a Marte (0.19 AU el 3 de octubre), a Venus (0.65 AU el 3 de noviembre), a la Tierra (1.8 AU el 19 de diciembre) y a Júpiter (0.36 AU el 16 de marzo de 2026, ya en su salida), sin que ninguno represente un riesgo. Su órbita, retrógrada e inclinada apenas 5° respecto al plano de la eclíptica, está notablemente alineada, lo que facilita la planificación de observaciones astronómicas.

El telescopio Hubble confirmó que 3I/ATLAS presenta una coma en forma de lágrima con un penacho de polvo orientado hacia el Sol y una cola muy tenue en dirección opuesta, lo que indica una eyección preferente desde la cara iluminada del núcleo; por su parte, Gemini North obtuvo una de las primeras imágenes de alta calidad que permitió caracterizar su actividad inicial, mientras que la misión SPHEREx de la NASA logró las primeras detecciones espaciales inequívocas de dióxido de carbono y agua en su coma, evidenciando la sublimación de hielos volátiles a gran distancia del Sol; aunque algunos estudios cuestionaron las señales tempranas de agua por limitaciones técnicas, la confirmación desde el espacio aporta una base sólida para futuras mediciones y análisis más precisos.

Tamaño, brillo y composición (lo que sí y lo que aún no)

Las estimaciones del tamaño del núcleo siguen con gran incertidumbre, desde subkilométrico hasta varios kilómetros, porque la luz que vemos está dominada por la coma. Las imágenes de Hubble y Gemini permiten límites razonables, pero harán falta curvas de luz y térmicas para acotar el rango. Lo seguro es que 3I/ATLAS es bastante más brillante que ʻOumuamua y comparable o superior a 2I/Borisov en actividad temprana.

En composición, además de CO₂ y H₂O, observaciones desde tierra han ido reportando actividad cometaria estándar (polvo y gas). Se han mencionado indicios de radical CN y otras especies en canales de observatorios, aunque esas mediciones están aún en circulación técnica y no todas cuentan con publicaciones revisadas por pares.

¿Se podrá ver a simple vista?

No. Todo apunta a que no será visible a ojo desnudo. Con suerte, podría alcanzar magnitud ~11 cerca del máximo brillo, accesible a telescopios de aficionados con cámaras y cielos oscuros. Durante julio–agosto estaba en Sagitario, muy bajo desde latitudes medias del hemisferio norte y mejor posicionado en el sur; conforme se acerque al Sol quedará inmerso en su resplandor y las mejores ventanas serán para telescopios profesionales.

3I/ATLAS llega acompañado de un ecosistema observacional sin precedentes: el satélite TESS ya lo había registrado entre el 7 de mayo y el 2 de junio de 2025 mostrando signos de actividad a unas 6.4 unidades astronómicas, probablemente por sublimación de volátiles muy fríos, mientras que el Observatorio Rubin también lo captó en sus primeras pruebas científicas durante junio y julio; estos datos tempranos resultan clave para modelar el crecimiento de la coma y estimar el tamaño del núcleo, y junto con la fotometría multibanda y la espectroscopía permitirán comparar colores, composición de polvo y química con los cometas del Sistema Solar y con 2I/Borisov, ampliando nuestro conocimiento sobre cómo se forman estos cuerpos en discos protoplanetarios de otros sistemas estelares.

¿De dónde viene?

Por ahora, el origen exacto es indeterminado. La cinemática previa a su entrada sugiere un paso por la vecindad galáctica con velocidad de exceso elevada, compatible con eyección gravitacional en otro sistema planetario. Reconstruir su trayectoria hacia atrás es difícil por las incertidumbres orbitales y las perturbaciones estelares. Con más arco de observación se intentará acotar una población fuente plausible.

3I/ATLAS no es una nave ni representa ningún riesgo para la Tierra, ya que su mínima aproximación será de aproximadamente 1.8 unidades astronómicas en diciembre de 2025. Su tránsito a través del Sistema Solar puede observarse de manera segura y continúa siendo un objeto de gran interés científico por su naturaleza interestelar.

Aun así, no todo está completamente determinado: el tamaño del núcleo, las tasas de producción de gas y polvo, y las abundancias exactas de sus componentes seguirán ajustándose a medida que lleguen más datos de Hubble, JWST, SPHEREx y otros grandes telescopios desde tierra, lo que permitirá construir un panorama más preciso de su composición y actividad.

Línea de tiempo rápida

  • 1 jul 2025: Descubrimiento por ATLAS (Chile). Space



  • 21 jul 2025: Hubble obtiene la imagen más detallada y confirma pluma de polvo. NASA Science


  • Ago 2025: SPHEREx anuncia detecciones espaciales de H₂O y CO₂ en la coma. Medium



  • 19 dic 2025: Máxima aproximación a la Tierra (~1.8 AU). Wikipedia



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